23. Ser digno

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Te prometo que soy digno de estar en tus brazos

Así que ven y dame la oportunidad para probar que soy el único que puede caminar ese camino, del comienzo hasta el final.

*****

5 años después 

— No

— Pero ¿Por qué no?

— No necesito una razón, Potter. No es no, y punto.

Harry poso sus codos en sus rodillas, y se tapó la cara con frustración. ¿Por qué los sangre pura tenían una costumbre tan tonta? Considero seriamente decirle a Draco que no necesitaban pedir permiso a nadie para casarse, pues un matrimonio consiste en dos personas y nadie más. Pero Draco ya había obtenido el permiso de Ron y Hermione -demasiado fácil a su parecer-, así que, si los planes cambiaban, seria obvio que fue por su culpa. Y no quería que los demás creyeran que no era digno de casarse con Draco.

— Pregúntenme lo que sea, denme algún reto si les parece, una batalla de varias, ¡Lo que sea! Pero no pueden simplemente rechazarme sin más.

La bruja que encabezaba el aquelarre se mantuvo firme. Sentada en el sillón justo frente al suyo, los brazos cruzados y una ceja levantada en señal de superioridad. Como si la mismísima reina madre hubiera poseído su cuerpo. Mientras que, a ambos lados de la chica, estaban sus compinches: Denis Hamilton a su derecha y Blaise Zabini a la izquierda de Pansy Parkinson. Aquel trio de hienas hambrientas, con la emoción brotando de sus ojos, como si estuvieran a la espera de destrozar la carne frente a ellos, era a quienes Draco nombro representantes de su familia.

A Harry le parecían poco practicas las costumbres de los sangrepuras: solo la familia corta el cabello de los integrantes de esta, Samahin es mas importante que la navidad, los sangrepura no se ríen a carcajadas en una cena con desconocidos. Pero la que últimamente estaba teniendo un sentimiento especial de frustración era pedir la mano de la persona con la que deseas casarte a su familia.

Ni él ni Draco tenían a sus padres vivos, y no había una forma fácil de poder verlos. Los armarios de la psicomaga de Hogwarts dejaron de funcionar hace mucho. Aun así, Harry quiso cumplir esta tradición por Draco, así que muy estúpidamente sugirió pedir la mano a las personas que el otro considerara su familia.

Fue la peor sugerencia que pudo hacer.

Desde que llego, el trio ya sabía la razón de su visita, y no tardaron en aprovecharse de la situación. Llevaba más de media hora escuchando comentarios mordaces desde su poca capacidad como mujer para darle un heredero a Draco, hasta lo inconveniente que serían sus malos hábitos frente a una mesa llena de gente de la alta sociedad.

— Pans, creo que el troglodita que habla tiene un poco de razón — contesto Blaise, apenas aguantando la risa. — Deberíamos darle un reto. Si fuera una batalla de varitas, es obvio que el "salvador del mundo mágico" la va a ganar ¿no? ¿Qué les parece algo como... caminar por el callejón Diagon en pelotas?

Los tres se miraron uno al otro, y esta vez no pudieron contener las carcajadas que lanzaron. Harry solo mantuvo su mirada de incredulidad ante los comentarios, y después contuvo su replica apretando sus labios, pues si les contestaba, solo haría que su hostigamiento fuera peor.

— No podemos hacer eso. Draco nos colgaría si dejamos que alguien más vea las reliquias de la familia Potter — respondió Dennis apenas recuperaba el aliento.

— No estas siendo nada divertida, querida — contesto Pansy rectificando su postura en el sofá y tomando un sorbo de su te caliente.

— ¡Ya se! Que se deje golpear por ese árbol que tienen en Hogwarts ¿Cómo se llama? — dijo Dennis con voz confundida — ¡El sauce Boxeador! Unos cincuenta golpes bien dados, ¿Que les parece?

ENDING SCENEWhere stories live. Discover now