26. Escena Final

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No debería haber llorado. No debería haber sido destrozado.

No puedo decir nada de esto, pero desde ahora, tengo una enfermedad incurable.

***

3 años después

Estaba a punto de perder la cordura.

Harry se encontraba dispuesto a tirar todo a la mierda y desaparecer sin importarle nada ni nadie.

Los mantras que repetía en su cabeza en días tan caóticos como estos no le estaban ayudando en lo más mínimo. Karl. El idiota que lo perseguía todos los días desde su casa a cualquier lugar al que fuera al salir, estaba a punto de recibir un cruciatus si no dejaba de hacer preguntas estúpidas. ¿Cuándo sería el dia en que El Profeta contratara a un reportero profesional? Solo sabían hacer reportajes sensacionalistas. Y cuando no tenían alguna noticia importante que cubrir, llenaban sus paginas de reportajes sobre "¿Que hizo el salvador del mundo mágico en su fin de semana?".

Por supuesto, después de varios años tratando con ellos, Harry había aprendido como manejar a esta gente entrometida, pero de vez en cuando su paciencia no era suficiente, como hoy.

— Señor Potter, solo estoy preguntando lo que todo el mundo quiere saber. No me culpe por tratar de darles una respuesta a nuestros lectores. Si me dejara probar que el hijo del morti... quiero decir, del Señor Malfoy es suyo también, entonces lo dejaría de molestar.

La pequeña explosión de magia alrededor alarmo al mago. Harry por supuesto lo hizo con toda la intención de que el estúpido reportero se sintiera amenazado por como llamo a su esposo. Un mortífago.

Hace mucho tiempo que Harry había dejado sus esfuerzos de lado, ante la negativa de la sociedad a cambiar su opinión respecto a Draco. No es que se hubiera dado por vencido, sino que fue porque dejo de importarle lo que la gente pensara de ellos. Y eso lo hizo sentir como un peso invisible en su pecho se desvanecía.

Las cosas horribles que la gente aun escribía en sus cartas ya no le provocaban ningún sentimiento más que el de aburrimiento y fastidio. Aunque si se sintió satisfecho al ver que la proporción de las cartas buenas y malas había cambiado. Sobre todo, después de la última poción que la compañía de Draco había lanzado y era una de las pociones de fertilidad mas vendidas actualmente.

— No dejare que te acerques ni un poco a ellos. — Dijo Harry, quien se había acercado peligrosamente a su perseguidor — Mi familia no es algo que tenga que estar en una vitrina de exhibición. Es mi vida privada. Así que, si no tienes nada mas que decir, te recuerdo que las barreras de mi casa son muy peligrosas para los intrusos. No te acerques mas sino quieres morir asfixiado.

Dando su sermón por terminado, Harry uso la aparición para llegar al recibidor de Malfoy manor. 

— Bienvenido a casa, amo Harry. — sonó una voz élfica a su lado derecho.

— Buenas noches, Didi. ¿Cómo están ellos? — pregunto, cambiando el tono de su voz a uno mas suave.

— Los amitos acaban de despertar. Creo que tienen ganas de verlo, señor.

La tensión en sus hombros desapareció poco a poco. Harry no perdió mas el tiempo, se quito la capa y camino al cuarto insonorizado que estaba al lado del suyo. Al abrir la puerta, el llanto desenfrenado de dos criaturas entro por sus odios.

Aun le costaba adaptarse. A veces se preguntaba como fue que llego hasta aquí. ¿En qué momento se convirtió en el protector de dos pequeñas personas que dependían completamente de alguien más para todo?

ENDING SCENEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora