21. Reencuentro

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-Hola

-Hola ¿Cómo has estado?

-He estado bien- La diferencia es que mi corazón se siente como si explotara.

*****

— Cariño, ¿Puedes dejarme usar el espejo? Algunas personas también vamos a ver a nuestras parejas ¿Sabes? — dijo Dennis.

Draco estaba por decidirse a usar la capa negra con bordados en plata, pero una mirada más al espejo lo hizo fruncir el ceño. Se la quito y tomo de nuevo la capa verde oscuro con un forro en blanco aperlado.

— Suficiente. — dijo ella inclinando la cabeza hacia atrás como en una súplica, y se acercó para ayudarlo a acomodarse la corbata — Dios, ¿Qué tan guapo es ese tal Harry Potter? Parece como si fueras a ver al mismísimo Merlín en persona.

— No exactamente — dijo Draco perdido en sus pensamientos con una sonrisa muy bien disimulada.

— Dices que es famoso y que derrotó a un tal Voldemart, pero no debe ser taan famoso si nunca he escuchado hablar de él. — pronuncio Dennis con su tono de voz agudo, que hacia irritar a Draco — Y mira que mi sueño es abrir una revista de chismes de todo el mundo.

El chico hizo un gesto de desagrado, provocando que la chica le diera un manotazo en el pecho — No me importa lo que digas, yo amo los chismes, sean del mundo mágico de los muggles como nos llamas, Dragoncito.

— ¿Están listos? — les grito Pansy interrumpiendo su pequeña discusión.

Unos minutos después, el pequeño grupo de amigos conformado por tres mujeres y dos hombres salió de la casa de Draco rumbo a su ceremonia de graduación.

Draco podía sentir el ambiente festivo en el aire, así que se dispuso a dejar que se colara un poco de este en su ánimo. Pero lo que más lo mantenía de buen humor en este día era el hecho de que su invitado llegara. Desde el inicio de la ceremonia busco entre todo el gentío, pero no lo vio por ningún lado, así que a regañadientes se sentó para ver la ceremonia.

Esta escuela era, lo que se le puede decir en sus términos, moderna. Las instalaciones no eran tan viejas como Hogwarts, los maestros eran muy jóvenes y por supuesto no había nada peligroso en ella como el bosque prohibido. A su llegada, lo que más le había sorprendido fue que no era obligatorio mudarse a los dormitorios, por lo que Draco consiguió una casa para el solo, pues no se sentía del todo cómodo con personas desconocidas. Además de que estaba casi seguro de que en algún momento alguien lo reconocería y las cosas volverían a ser como en Hogwarts.

Pero sus temores fueron infundados, pues pasados unos pocos meses conoció a muchas personas grandiosas que lo visitaban constantemente en su casa.

Draco, Pansy y Tracey fueron los únicos que se transfirieron aquí, los demás de sus amigos fueron enviados a Rusia. Al inicio de su mudanza, los tres se mostraron reservados, dejando las conversaciones con los demás al mínimo, y encerrándose en su propia burbuja, pero en todo este tiempo, nunca nadie los amenazo, los expuso, o se burló de ellos. Descubrieron que era verdad que, de este lado del mundo, a ningún mago o bruja les importaba mucho la guerra interna que se desató en Inglaterra. Fue así como poco a poco se fueron adaptando a su nueva vida.

Draco dejo de divagar en sus pensamientos justo cuando le ceremonia finalizo. Todas las personas se levantaron al mismo tiempo, causando un pequeño caos en el auditorio, así que prefirió esperar a que la mayoría saliera para que no lo aplastaran como si fueran bestias.

Al salir, escucho una voz a lo lejos gritando su nombre. Una voz que nunca en su vida podría confundir con la de alguien más. Draco giró sobre si, para ver a Harry Potter a seis metros de distancia, con un ramo de flores blancas y un traje muggle color negro.

ENDING SCENEWhere stories live. Discover now