La fe de los Siete era clara respecto a la fornicación.
A menos que fuese para procrear herederos, no debía haber copulación más allá de la cama marital. Todo acto con otras intenciones era impío. Un pecado de la carne que se pagaba con el alma en los Siete Infiernos.
Las putas, los violadores y todas las personas que caían en la lujuria sufrirían una eternidad sintiendo inimaginables torturas hasta que la Madre se apiadara de sus almas.
Al menos era eso lo que Alicent le había dicho cuando Aemond preguntó después de que Aegon le dijera las cosas que sucedían entre alfas y omegas. El castigo de los pecados y el tono serio de su madre habían bastado para asustarlo. Pensaba en ese tierno entonces que el pecado y el castigo no valían la pena por el supuesto placer que su hermano mayor había descrito.
Cuán equivocado estaba.
Aemond sintió que sus mejillas se coloreaban al soltar un jadeo involuntario.
Sus dedos se enredaron más entre los rizos castaños de Lucerys para poder aferrarse a algo y no dejar que las rodillas terminaran de fallarle.
Su esposo movía la cabeza, subiendo y bajando a un ritmo que dejaba ver una experiencia por la que no sabía si debía preguntar aunque, en ese momento, esa era la última de sus preocupaciones.
Lucerys lo miró hacia arriba cuando hundió la nariz entre el escaso vello platinado que crecía justo en el pubis de Aemond. Si hubiera podido hacerlo, habría sonreído, pero solo se limitó a apretar la garganta para arrancarle otro gemido a su esposo. Sus manos estaban puestas sobre su cadera y se atrevió a arañarlo un poco, dejando marcas en la piel blanca de Aemond. Estaba claro que era un príncipe. Tan diferente a los alfas que había llegado a probar en Marcaderiva... Incluso encontraba su inexperiencia como algo simpático. Estaba seguro de que iba a divertirse a lo grande.
Se separó de él lo suficiente como para que sus labios rosados ahora rodearan la punta de su verga, succionando la zona sensible como si se tratara de un dulce. La lengua de Lucerys presionaba sobre la uretra y luego rodeaba el glande. Bajaba por todo el tronco hasta la base y luego repetía el ciclo hasta que notó que Aemond se tensaba. Entonces se detuvo.
Hilos transparentes de saliva y líquido preseminal unían sus labios a la erección de Aemond que, confundido, bajó la mirada para posarla en Lucerys. Sentía una punzada ligera de dolor por esa abrupta interrupción. Había estado muy cerca. Siseó y tragó saliva al ver al omega ponerse de pie.
— ¿Quieres correrte? — le preguntó con la voz sedosa. Aemond sintió que su piel se erizaba y no pudo evitar recordar esos incontables sueños pecaminosos que había tenido con su sobrino como protagonista. Asintió sin siquiera pensarlo. Era como si su mente estuviera nublada y su juicio no pudiera pasar más allá de esa neblina. Pensó por unos segundos en lo que Otto le había dicho. Ser un dragón. Imponerse como el alfa que era...
Lucerys tomó su mano mientras daba pasos hacia atrás sin dejar de ver el único ojo de su tío. Tenía una sonrisa traviesa en los labios. Casi parecía etéreo. Las perlas que decoraban su cuerpo desnudo tintinearon al chocar entre sí cuando el omega se sentó en la cama. Soltó la mano de Aemond para poder apoyarse sobre el colchón de plumas, echando hacia el frente su cadera para separar las piernas.
El ojo de Aemond siguió el camino que su sobrino le enseñaba y de inmediato sintió que su boca se llenaba de saliva al ver el agujero rosa, brillante y húmedo que le mostraba. Su manzana se movió al tragar y subió la mirada. Lucerys se rió suavemente.
—Si quieres correrte... Gánatelo.
Fue como un encantamiento. Era justamente como ese día en el septo. Aemond sintió que algo desconocido se apoderaba de él. Algo intenso y poderoso que le provocaba una calidez que podría convertirse en un fuego descontrolado si no tenía el cuidado suficiente.
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𝗧𝗲𝗻𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻 • 𝗟𝗨𝗖𝗘𝗠𝗢𝗡𝗗 • [TERMINADA]
ФанфикшнAlicent estaba plenamente consciente de la manera en la que el bastardo de Rhaenyra miraba a su hijo. Podía reconocer la lujuria en su mirada y rogó a los dioses que no permitieran que Lucerys Velaryon enterrase las garras en Aemond. Sabía que iba a...
![𝗧𝗲𝗻𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻 • 𝗟𝗨𝗖𝗘𝗠𝗢𝗡𝗗 • [TERMINADA]](https://img.wattpad.com/cover/334066220-64-k913721.jpg)