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Era domingo por la noche, y para Sana se sentía vacío como un pozo sin agua.

La japonesa no podía dormir, ya eran la 1 de la madrugada y solo podía pensar en Tzuyu. ¿Y si la taiwanesa no era para ella? ¿Y si debería dejar de insistir? ¿Y si Tzuyu solo estuvo con ella... Para intentar dañarla? Pensó en todo eso y... En Felix.

¿Debería enfocarse en volver a estar con Tzuyu o solamente dejarla ir y... Estar con Felix? No era mala opción, Sana lo pensó. Le gustaría estar con un alfa pero, no tenía problemas con los betas. Felix era lindo, tenía pecas y eso se le hacía muy tierno. Y en educación física podía darse cuenta de que el chico estaba en forma, era lindo con ella y le prestaba atención cuando hablaba... Y sinceramente, hacía detalles que a Sana le encantaban.

A la de cabellos naranjas se le encogió el corazón al pensar en el rubio... En los dos meses que llevaban hablando no lo pensó de esa forma. Pero... Se le hacía atractivo, y en ese momento se dió cuenta de lo tonta que era. Al final Tzuyu tenía razón, pero ahora dejaría de pensar en esa chica. Tenía que centrarse en conquistar a ese chico.

¿Cómo debería hacerlo? ¿Debería molestarlo? No creo que le guste. ¿Debería ser intensa? Nunca funciona. ¿O tal vez poco a poco? No sabe hacer eso. Entonces... Le tiraría indirectas hasta que se diera cuenta por si solo.

La japonesa sonrió pícara, sabía lo que haría.

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Felix estaba preocupado en el bus, su mirada no se apartaba de su mochila. Se había llevado los supresores, no sabía cuando su olor volvería a aparecer. Estaba preocupado por el olor y por si llegaban a encontrar los supresores en su mochila. No quería que nadie lo viera mal o se riese de él, estaba nervioso.

Notó una mano sobre su pierna y del susto dió un pequeño salto en su asiento, mirando de quien era la extremidad procediente... Era Sana. El rubio suspiró aliviado.

- No me des estos sustos, me matas...

Sana rió dulce y acarició suavemente la pierna del chico.

- Perdón, me parece divertido hacerlo.

Felix la miró y al notar las caricias se sonrojó levemente y apartó la mirada. El corazón de Sana se derritió y no evitó sonreír, ese chico tendría que ser suyo.

- Pues no lo hagas más, por favor... A mi no me gusta que me hagan eso.

La sonrisa de Sana se esfumó y ahora le daba curiosidad.

- A nadie le gusta que lo asusten, pero... ¿Hay algún motivo en específico por el que no?

Las manos de Felix empezaron a temblar, no le quería mentir a la única amiga que tenía.

- N-no me gusta hablar del tema.

Finalizó y Sana no hizo más preguntas, quitó su mano del muslo del pecoso y se acomodó en el asiento que estaba a su lado.

Al bajar del bus camino a la escuela los dos iban juntos como de costumbre habla dos de cualquier cosa, y en un momento dado Sana tuvo una idea y sin pensarlo dos veces le agarró la mano a Felix. Éste se extrañó y miró a Sana de reojo, ella sólo seguía habla dos y mirando al frente.

- Sana.

- ¿Si?

- ¿Qué haces? - Ambos se detuvieron con las manos aún agarradas. Sana lo miró sin extrañarse.

- ¿Qué sucede?

- ¿Por qué me agarras de la mano?

Sana buscaba una excusa rápida.

- Somos amigos, no tiene nada de malo.

Felix no pudo decir nada más, a él no le parecía así pero si a Sana sí, suponía que estaba bien. Total él nunca había socializado en su vida. Bueno, menos con un niño que se llamaba Bang Christopher. Pero sólo fue una pequeña conversación, la cual el propio Felix arruinó diciendo cosas extrañas.

Como fuera, continuaron agarrados de la mano hasta llegar a su aula, Momo y Dahyun ya estaba en sus sitios, un par de niños del grupito grande y... Tzuyu y Jihyo. Sana al entrar vió primero a Tzuyu, pero ella no la vió, pero no tenía que preocuparse. Ya no le importaba.

Aún agarrados de la mano, Felix y Sana se acercaron donde Momo y Tofu a charlar, Tzuyu al fin lo vió. A Felix y a Sana agarrados de las manos.

La sangre le ardía sin motivo alguno.

Con odio miraba a Sana y sobre todo a ese... Pecoso. Mientras Jihyo le hablaba no pudo evitar pensar que ese chico rubio era totalmente inútil, un débil, un marica, un tonto y un imbécil por estar con Sana.

Solo hablaba con ella y un poco con las amigas de Sana, pero el tonto ni a un solo chico le habló por su propia cuenta. Solo con Changbin, por ese estúpido trabajo. Asocial o introvertido... Asocial. Era un rata y el perrito faldero de los profes, se llevaba bien con todos. ¿Y qué podemos esperar de un Austríaco? Decepcionante.

La mano de Jihyo tocando su hombro la distrajo de sus pensamientos, y ese era el punto del contacto físico de la nativa.

- Yoda deja de mirar mal a Felix y a Sana, de seguro en tu cabezita los estabas insultando otra vez.

- No Jihyo yo-...

- Le estabas llamando marica, lo sé. - Jihyo tomó una pausa. - Solo ignora, ya se han sentado y no están tan juntitos. Tranquila, ¿si?

- No soy un perro, tonta.

Las dos chicas rieron y el profesor de lenguaje empezó a dar su clase. Pff que aburrido.

Para Tzuyu todo era aburrido, para Tzuyu todos eran unos inútiles, imbéciles sin futuro y simios, sobre todo Sana. Pero la única que la soportaba a ella y por ello, Tzuyu la soporta es a Jihyo. Si Sana supiera cómo es Jihyo y la impresión que le dió la primera vez que la vió... Era como un rayo de luz, una divinidad del cielo, alguien brillante y espectacular.

Nada más que esperar de la gran Park Jihyo. Energética, competitiva y trabajadora, simplemente admirable.

Love Foolish  ( satzu ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora