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Los años pasaron, Tzuyu se había quedado completamente sola. La única amiga que tenía, la había abandonado por esa... Tonta japonesa. Pero decidió no tomarle importancia y Tzuyu se concentró solo en ella, en sus estudios y con un gran esfuerzo, consiguió ser una gran empresaria. Manejar el dinero no era fácil, pero le encantaba tener el control en todo el edificio.

Tampoco se consideraba una mala jefa, era bastante buena con sus empleados y se tomaba mucha libertad para sus proyectos revolucionarios. Es cierto que habían todo tipo de opiniones, sobre todo malas opiniones al respecto... Pero no le importaba, Chou sabía que estaba cambiando Corea del Sur.

Era una agradable tarde de otoño, una agradable brisa se colaba por la ventana de su oficina, Tzuyu estaba mirando felizmente unos documentos. Sonrió suavemente, recordando de la nada lo feliz que estaba de haber dedicado tiempo a sí misma y de todo lo que había conseguido. En esta etapa de su vida era muy feliz, todo le iba bien, y se alegraba de no necesitar a nadie.

Una notificación en su teléfono la sacó de sus pensamientos, agarró el teléfono y miró de qué se trataba. Era un mensaje de su madre, casualmente le pidió venir al hospital con unas flores, Tzuyu respondió al mensaje con un pulgar arriba y rápidamente miró en su ordenador floristerías cerca de su zona.

Había una que estaba extrañamente muy cerca de donde vivía, se llamaba "MSM flower", el nombre le llamó la atención así que decidió ir. Se levantó y se puso su abrigo, le pidió amablemente a su secretaria de acabar el trabajo mientras atendía problemas personales y salió del edificio hacia su coche.

Condució hasta la tienda y bajó del coche, era muy linda, pero notó que las plantas eran reales. Pensó que no sería lo mejor unas flores reales para llevar al hospital, así que entró a la tienda a preguntar sobre flores falsas.

El lugar era pequeño pero muy lindo, se dirigió hacia la dependienta que estaba en la caja, era extraño porque ella llevaba un lindo vestido blanco mientras Tzuyu llevaba traje, la chica de la caja estaba desconcertada al ver a Tzuyu.

- Perdone, tienen flores falsas? - Preguntó Chou con una voz suave.

- Uh... Claro, qué flor le gustaría?

- Tulipanes.

La chica buscó algo debajo del mostrador y sacó un lindo tulipán de plástico.

- ¿Una flor o un ramo de flores?

- Una flor está bien. ¿Precio?

- Mil wones.

Tzuyu se apresuró a sacar el dinero mientras la chica la seguía mirando, al parecer intentando descifrar algo. Cuando Tzuyu estaba a punto de darle el dinero, los ojos de la chica se iluminaron.

- ¡Eres Chou Tzuyu!

- La misma.

Tzuyu le dió una dulce sonrisa y le dió el dinero. La chica lo recibió y lo guardo en la caja registradora.

- ¿No te acuerdas de mí? Sé que ahora eres famosa pero vamos, debes acordarte de mí.

Tzuyu la miró confundida.

- Uh... No, perdona. Recuerdame tu nombre, tal vez así me acuerde.

- Me llamo Minatozaki Sana, ¿ahora caes en quién soy?

Para Tzuyu fue como si un balde de agua fría cayera sobre su cabeza. Frunció el ceño.

- Sí... Ya sé quién eres, dame el tulipán.

- Claro! - Sana sonrió y le dió la flor, quería hablar un poco más con la taiwanesa pero esta ya se había girado y se había ido de la tienda.

La japonesa suspiró.

Cuando Tzuyu llegó al hospital, preguntó por su madre en recepción y le indicaron la habitación donde se encontraba. Tzuyu tenía que admitir que la aparición de Sana la había molestado un poco, pero caminó tranquila por los largos y blancos pasillos del hospital. Observaba el lugar con curiosidad y una pequeña chica pasó por su lado, al parecer era una paciente por los trastos que llevaba consigo.

Tzuyu no le dió importancia hasta que le tocaron el hombro y al parecer era la misma chica.

- ¡Tzuyu! - La chica le dió una sonrisa débil, Chou la miró con confusión hasta que reconoció esa distintiva cara. Sí, era Jihyo. Le saltaron un par de lágrimas sin razón alguna.

- ¿Jihyo? ¿Qué haces aquí? - Rápidamente se limpió las lágrimas de las mejillas y la miró con una cara de preocupación.

- Es una larga historia, Tzuyu... Me alegro que no estés enfadada conmigo, qué haces tú aquí?

- ¿Por qué debería estar enfadada contigo? - Tzuyu sonrió sin dejarla de mirar, estaba claramente muy débil, tenía un millón de preguntas. Todo era tan repentino. - Mi madre me llamó, no sé qué está pasando... Yo, tengo muchas preguntas, no sé qué debería hacer...

- Chuwi, ve con tu madre, será muy importante. Si tienes tiempo, después puedes venir a visitarme, mi habitación es la 122. Digo si tienes tiempo, ya que ahora eres una mujer importante... No paras de salir en las noticias.

Las dos chicas se dieron suavemente, Tzuyu no podía parar de mirarla con preocupación.

- Bueno, voy a acabar mi paseo diario, ya sabes donde encontrarme.

- 122, vale.

Las dos se despidieron con la mano y Jihyo siguió su camino por el hospital, a Tzuyu suspiró y siguió a paso acelerado hasta la habitación donde estaba su madre.

Entró y vió a su madre tumbada en la camilla, ¿en qué momento?

- ¿M-mamá? - Tzuyu empezó a llorar mientras lentamente se acercaba a su madre. - ¿Pero cómo...?

- Un accidente de coche, no es nada grave, pero quería verte. Siempre estás tan ocupada... - Sonrió y Tzuyu lloró más intensamente.

Le dió el tulipán a su madre y ella siguió sonriendo.

- Muchas gracias.

- Siempre que quieras que te visite, dímelo, por favor. Deberías haberme dicho esto antes, no ahora que... - Un profundo suspiro. - De la nada hoy toda mi vida parece estar derrumbandose.

- ¿Qué sucedió?

- Da igual mamá, no quiero preocuparte. Llámame siempre que quieras, vale? Estoy para tí, pero ya sabes que estoy ocupada.

La mujer le asintió a su hija suavemente y rápidamente Tzuyu tuvo que salir de la habitación, tratando de que no le afectara tanto lo que le acababa de pasar a su madre.

Love Foolish  ( satzu ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora