⠀⠀⠀⠀ii. conversaciones favoritas.

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eran las tres de la mañana cuando alfredo decidió salir de su habitación, azotó la puerta sin importarle el ruido que eso provocaba

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eran las tres de la mañana cuando alfredo decidió salir de su habitación, azotó la puerta sin importarle el ruido que eso provocaba. no había podido dormir, sentía su cabeza palpitar. caminó con rapidez por el pasillo, escuchando más fuertes esos gemidos que no lo dejaron conciliar el sueño.

al menos iván y perséfone la estaban pasando bien.

al llegar a la puerta de la habitación de su amiga, golpeó esta con fuerza.

— ¡ya dejen dormir, a la verga!

solo logró escuchar una pequeña risa y a su hermano gritarle devuelta: — ¡chingas a tu madre, alfredo!

no respondió, tal vez salir a caminar por el rancho de los zambada lo haría sentirse mejor. maldecía internamente el haber elegido la habitación al lado de perséfone, más cuando iván se quedaba con ella.

¡parecían adolescentes!

detuvo su caminar al escuchar pasos en la cocina, la luz estaba encendida.. pero él no recordaba escuchar algo más que no fueran gemidos y jadeos. ¿quién estaba ahí?

y aunque estuviera en pijama, llevaba su arma y radio con él, podría llegar a olvidar ponerse calzones; pero nunca esas dos cosas.

caminó lentamente, tomando firmemente su arma y apuntando al frente, tenía que estar alerta a todo. tal vez era serafín, quien parecía siempre tener hambre o tal vez ovidio quien aparecía mágicamente si había comida de por medio.

pero no debía confiarse.

— ¡oh por dios! — aura llevó ambas manos a su boca, ahogando un grito de terror al ver al chapito apuntándole con su arma.

— eh, eh, calmada. — se maldijo al ver el miedo en sus ojos, le enseñó su arma y la dejó sobre el buró. — , tranquila, tranquila.

— ¿ibas a matarme?

— ¡claro que no! pero tenía que ver quién estaba en la cocina a estas horas. — le reprochó.

— ¡podía ser cualquiera! — se quejó. — , serafín, perséfone, vicente..

— o los contras. — agregó.

— ¿en la cocina?

— tal vez tenían hambre.

nadie dijo nada más, se quedaron en silencio por unos minutos. no era algo incómodo, de hecho era todo lo contrario. ambos se sentían bien. aura volvió a tomar asiento frente a la barra, entre sus manos tenía un pequeño vaso de leche. alfredo imitó su acción, sentándose a un lado de ella. sorprendiendola por completo. quería gritar de la emoción.

— ¿tampoco podías dormir?

— ¿con esos gritos? — preguntó con gracia. — , mi carnal anda buscando la reconciliación, le está echando ganas.

𝘳𝘰𝘮𝘱𝘦𝘤𝘢𝘣𝘦𝘻𝘢𝘴 𖹭⁩ 𝙟𝙖𝙜𝙨.Where stories live. Discover now