¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
si la ceremonia había sido una tortura para alfredo guzmán, la luna de miel lo era aún más. ambos estaban por subir a una de las tantas avionetas que tenía la familia guzmán, con rumbo a cancún. elsa estaba molesta por conocer el destino al que se dirigían, no podía creer que pasaría su noche de bodas en méxico. ella quería algo más, tal vez dubai o parís, sentía que merecía más de lo que alfredo le estaba dando.
pero no tenía opción.
aún molesta subió a la avioneta y se instaló a un lado de su esposo, buscando la mano del hombre con la suya, pero este rápidamente la retiró.
— ¿qué es lo que ocurre? — la chica preguntó, aunque sabía muy bien el por qué de la actitud de su ahora marido.
elsa felix había notado el cambio en la actitud de alfredo, se había alejado completamente de ella y, aunque era la realidad, ellos dos no tenían una relación sincera. sus padres los juntaron sin importarle la opinión de ambos muchachos, aunque ella era la única fascinada.
un guzmán siempre era la mejor opción, aunque este no te amara.
con alfredo tendría la vida asegurada y no se preocuparía por nada más que por lucir hermosa para él, y si tenía un poco de suerte, incluso su familia se vería favorecida por su matrimonio.
sabía que había alguien más, ¡eso era más que obvio! aunque ellos dos no tuvieran una relación romántica, un par de veces se entregaron uno al otro en encuentros sexuales. ella siempre estaría ahí para calmar a alfredo.
o en este caso, para hacerlo olvidar.
— no pasa nada.
— de acuerdo.. — soltó en un susurro, inclinándose sobre su asiento.
los grandes pechos de la castaña quedaron frente a los ojos del chapito, quien apartó la mirada casi de inmediato, pero elsa no iba a darse por vencida tan fácil.
llevó una de sus manos hasta el botón del pantalón del hombre, no había vergüenza, no era la primera vez que lo hacían. lo desabrochó sin problema y sin pensarlo dos veces, metió su mano debajo del bóxer.
aunque su miembro no estuviera erecto, porque alfredillo no estaba para nada excitado, eso no impidió que la de apellido felix lo tomara entre sus manos. intentaba estimularlo, provocar algo en él.
despertar a la fiera que era alfredo guzmán en la cama, pero estaba tardando mucho.
— ¡que me dejes, a la verga! — el chapito soltó en un grito y empujó levemente a la mujer, alejándolo de él. casi de inmediato comenzó a acomodar sus pantalones.
se había casado con elsa, sí.
y le iba a cumplir como marido, sí.
le compraría todo lo que ella quisiera, le tendría una casa y un auto, iba a protegerla de cualquier gracioso que intentara atacarlos y velaría porque nunca le faltara nada.
