Capítulo 2

11 2 0
                                    

Cambiarla.

 Y si empiezo de cero? Y si cambio las cosas que me siguen día a día? Quizás debería ayudar al chaval que acaba herido todos los días. Quizás debería dirigirle la palabra a Luis o a mi madre. Quizás debería llevarle la contraria a mi padre. Quizás y solo quizás... Deba ser diferente.

-Mark, levanta, o llegarás tarde. -Oigo a mi hermana gritando con el sonido del microondas de fondo.

No le digo nada, pero supongo que entiende que estoy despierto, porque llevo acostado en el mismo sitio con los ojos abiertos desde que un ruido en la calle me despertó a las 2 de la mañana. Y si no voy a clase y intento investigar que era ese ruido?

Me levanto 10 minutos después de eso, pero aún le doy vueltas a la cabeza. Al final, simplemente desayuno un pedazo de pan con agua. Al salir veo que en el suelo hay manchas rojas. ¿Un asesinato? Quizás fuera el ruido de anoche... O puede que simplemente sea un simple charco de algo rojo, como vino o pintura.

Cuando llego al instituto veo a los mismos abusones dando una paliza al mismo chaval de siempre, a lo lejos puedo ver que se trata de Erik. Es un sabelotodo quejica, pero no ha hecho nada malo, de hecho justo lo contrario, es una persona bondadosa y buena. Quizás ser demasiado bueno le ha metido en problemas... Alguien debería ayudarle. Yo soy alguien...

-Dejadlo en paz, pedazos de basura! -Le grito a los abusones para que sean conscientes de mi presencia, puede que sea una mala idea.

-¿Que es lo que has dicho? -Oigo la voz de uno de los abusones de Erik, el cual ya se ha ido corriendo, dejando charcos de sangre a su paso.

-¿Acaso no me has oído? -Se me escapa solo. Genial, la acabo de cagar. Por lo menos Erik ya no volverá a recibir palizas, seré yo.

Veo a los seis abusones acercándose a mi, se exactamente lo que tengo que hacer, y son tres opciones: La primera, intentar darles una paliza uno a uno. La segunda es salir corriendo. ¿La tercera? Recibir la paliza que me merezco por gilipollas.

No se que pasa exactamente, pero noto un peso cayendo en mi bolsillo. Cuando meto la mano, noto algo caliente, mojado y pesado, con textura metálica, y se exactamente de que se trata. No se como ha acabado una navaja llena de sangre en mi bolsillo, pero ahora las opciones se reducen a dos: Sacarla o correr. Sacarla. Correr...

-Yo no me acercaría más, imbéciles. -Les digo, intentando provocarles.

Veo a los seis aproximándose hacia mí (como era de esperar) y todos tienen la misma sonrisa en la cara, una sonrisa de odio e ira, que me deja claro que como no haga algo me van a mandar al hospital en dos minutos.

Cojo la navaja con la misma ira que sienten ellos hacia mi, y la abro delante de ellos, para luego apuntar al cuello del que parecía su jefe. Se exactamente quien es: Bobby Locker. Es la mayor mierda que pueda existir, y he tenido la suerte de coincidir en el mismo instituto que él. Cuando ve la navaja, que aún gotea sangre caliente, se echa hacia atrás, al igual que su cuadrilla.

No oigo más que gritos llamándome loco, monstruo o cosas parecidas. Me parece bastante normal que lo hagan, porque no todos los días te sacan una navaja llena de sangre y te apuntan al cuello con ella. Noto una mano tocando mi espalda y guardo la navaja automáticamente.

-¿Mark, podemos hablar? -Es el director, el mejor amigo de mi padre. Ahora no tengo un problema, tengo DOS problemas, y bien gordos.

-No es lo que parece...

-Es exactamente lo que parece, Foster. Al despacho.

Foster es mi apellido, me llamo Mark Foster. Sabes que el director está enfadado cuando te llama por tu apellido. Creo que la he cagado pero bien. Solo espero que no se lo diga a mi padre, porque si se entera, si que voy a tener un buen problema.

Mientras voy al despacho del director, me doy cuenta de lo rápido que corre la voz, porque todo le mundo me mira asustado, mientras hablan entre cuchicheos, insultándome y diciendo cosas que no son ciertas, como que he matado a alguien o que soy un monstruo. Puede que sea un cabrón, pero no un monstruo.

Entro al despacho, me siento en la silla y el director me mira directamente a los ojos, y creo que me ha dicho las 4 palabras más jodidas de mi vida.

-Estás expulsado, Mark Foster.

La Caja de PandoraWhere stories live. Discover now