Capítulo 10

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No se que pasó después de eso, pero se que ahora estoy despierto en mi cama, completamente solo. Cuando me despierto, las vendas de mi brazo han desaparecido, pero se que no ha sido un sueño porque me falta bastante piel, tengo heridas, cortes y está cosido por varias zonas. No se como de rápido iría aquel cabrón, pero desde luego no estaba dentro del límite.

Me levanto con dolor de cabeza, per aún así consigo bajar yo solo al salón. Están mis padres, solos... No hay ni rastro de Layla.

-¿Mamá, has visto a Layla?

-¿Layla? Cariño, de quién me estás hablando?

Veo a mi padre a los ojos, el cual también pone cara extrañada. Me siento muy confundido.

-¿Ha venido Luis?...

-Mark, deja de decir nombres, no ha venido nadie y no hemos visto a nadie. -Mi padre me contesta con un tono un poco angustiado.

Mamá también parece algo confundida, aunque está poniendo una cara de tristeza, como si me ocultara algo.

-No vais a... Hacer un funeral para Michelle?...

-Mark, ya está bien. ¿Quiénes son Layla, Luis o Michelle? ¡Y no se ha muerto nadie, el que casi se muere eres tú!

Siento ganas de morir. Muchas. Mi estómago está a punto de explotar en mil pedazos, como si un montón de vomito se generase y no pudiera salir. Y cada vez hay más, y más, y más. Cuando por fin siento que todo va a acabar, suena mi alarma. No se porqué está la alarma puesta, pero aún así lo hace.

Al despertar, veo a Layla a mi lado. Ella me está mirando contenta, como si se alegrase de que me despierto un día más, aunque sabe que yo no quiero. Me ayuda a vestirme un poco, porque casi no puedo mover el brazo.

-¿Como has dormido? -Me pregunta.

-Tuve una pesadilla, pero nada del otro mundo. Era como... si nadie hubiera existido y nada de esto hubiera pasado...

-Bueno, pero ya estás aquí, y por suerte o por desgracia, si ha pasado. Luis te ha llamado, pero estabas dormido. Dice que el director quiere verte.

No se porqué, sabía que en algún momento ese desgraciado querría volver a hablar conmigo. Aunque solo fuese para darme el pésame por lo de mi hermana, o reprocharme lo de la navaja, pero se que quiere verme.

-¿Viene el o tengo que ir yo? -Le pregunto a Layla.

-Está abajo...

Me intento vestir lo más rápido que puedo, y cuando bajo, mi padre y su super mejor amigo están hablando, sentados cara a cara. Me acerco a ellos y me siento en una tercera silla. El director Parks me mira, después mira mi brazo, y luego vuelve a mirarme a mi.

-Desde luego ha sido muy grave... Es un milagro que ese brazo siga entero.

-No lo está -Le contesto yo, enfadado.

-Mark, se que estás enfadado con el por vuestro malentendido. -Dice mi padre, luego sigue. -Él me lo ha explicado todo. Parece que Bobby ha confesado hasta la última palabra, y dice que estará encantado de readmitirte en el instituto.

-Pues me alegro mucho, pero no voy a volver.

Mi madre trae unas tazas de té. Yo me intento levantar, pero mi padre me coge del brazo y me sienta de nuevo en la silla.

-Si vas a volver. No es una opción, es una obligación.

Me encanta mi vida. Me echan por algo que no es mi culpa, matan a mi hermana, están apunto de asesinarme, pero tengo que ir a clase de lunes a viernes porque el cabrón del director ha venido expresamente a hablar "conmigo" y con mi padre.

Después de un par de horas más hablando con mi padre, porque ha mi no me dirige la palabra, se va con una sonrisa en la cara. En él veo la misma sonrisa que en la del asesino de Michelle, pero cuando quiero reventarle la boca a puñetazos, ya se ha ido.

Los odio, a todos los que han hecho esto... Mi hermana no tenía la culpa de nada, ella solo era feliz...

Michelle, te vengaré.

La Caja de PandoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora