Capítulo 5

8 2 0
                                    

No lo podía creer. Layla, la mujer a la que tanto amaba hace tiempo, a la que había dado por muerta, está ahora delante de mis propios ojos. Cuatro años habían pasado desde que su propio padre me dijo que estaba muerta, fui a su funeral, lloré día tras día su perdida... Y ahora está delante de mi. Es como una especie de milagro, es como si Dios realmente existiera y la hubiera traído de vuelta.

-Nunca podría olvidar la cara del amor de mi vida... Y de mi muerte. -Ríe un poco y me acaricia la mejilla delicadamente.

-Vamos a ver, no ves que lo has estado amargando todo este tiempo? Él ha estado intentado olvidar tu muerte y ahora apareces tu como si nada hubiera pasado durante estos CUATRO PUTOS AÑOS. -Claire, obviamente enfadada por los celos, empieza a gritarle a Layla.

Layla siempre ha sido así. Siempre le ha gustado enfadar a mis amigos, pero sin embargo a mi me trata bien. Es como si me intentase proteger de algo, o de alguien, pero me encanta cuando lo hace.

-Es hora de decirte la verdad, Mark. Estuve en coma un año después del accidente y... Ya sabes como es el hospital: "No se permiten visitas". Cuando desperté, tenía miedo de que no me reconocieras o... Me odiaras por haber desaparecido todo este tiempo... -Se detiene un momento, traga saliva, respira hondo y entonces continúa hablando. -Me escapé, dejándole una nota a los doctores pidiendo que dijeran que estaba muerta... Vine al bosque y empecé una "nueva vida".

-Layla...

-Aún así no es motivo, pedazo de. -Me giro un segundo, pero Luis ya le ha tapado la boca antes de que se le ocurra decir nada más.

La cara de Layla ha cambiado de alegría y euforia por verme a tristeza y decepción en si misma. Está claro que no se siente bien después de los comentarios de Claire, nadie se sentiría bien diciendo que tuviste una elección de mierda al querer desaparecer de la vida de los demás por miedo a hacerles daño. Pero en el fondo entiendo su situación, y aprecio que lo hiciese por mi.

Puede que sea un idiota creyéndola, pero durante todo este tiempo me había negado a aceptar que ella ya no estaba entre nosotros, ya hora ya la tengo aquí. 

Caso a parte, se nota mucho que Claire está celosa, lo cual confirma mis sospechas sobre que yo le gusto, aunque lo hacía demasiado obvio. No se hasta que punto le dolerá, pero creo que ya sabía que jamás podré amar a alguien. No tras perder a Layla. No quiero perder a nadie más.

-Oye Mark, tu padre sigue siendo un completo retrasado?

-Ahora es peor, además de retrasado es el mejor amigo del director del Instituto...

Entonces se me ocurre que sería buena idea llevar a Layla a casa. Pensándolo bien, es una idea maravillosa. Evitaría completamente la discusión de mi padre y quien sabe... Quizás mamá diga alguna palabra.

-Luis, puedes hacerme un favor? -Lo miro directamente a los ojos, dejando claro lo que quiero hacer.

-Lo que sea por mi nuevo compañero de crimen. -Rápidamente Luis coge a Claire de el brazo y se la lleva fuera del bosque.

Cuando me doy cuenta de que están lo suficientemente lejos, salgo del bosque con Layla y empiezo a caminar hacia casa. Debe llevar mucho tiempo ahí fuera, porque parece que no nota el asfalto en sus pies desnudos. Es como el pie de un perro, está hecho para resistir el suelo.

Llegamos a mi casa rápidamente, entro y lo primero que veo es la cara de decepción de mi padre al verme entrar cinco horas antes de lo que debería. Entonces cojo la mano de Layla y la hago entrar, y todos se quedan callados, como si literalmente acabasen de ver a un fantasma. Ella sonríe, y yo detrás de ella.

-Es imposible... -Son las primeras palabras que oigo de mi madre, que ya está llorando, después de meses sin hablar con nadie.

Mi hermana no ha dicho nada pero ya está apretando fuertemente a Layla. Parece que todos están sorprendidos, porque hasta mi padre tiene la boca abierta y los ojos como platos.

-Podría... Quedarse aquí un tiempo? Mamá... Por favor...

Mi madre, que intenta dejar de llorar de la alegría, asiente con la cabeza rápidamente.

-Ve a mi cuarto, ahora subo yo...

Layla va rápidamente y yo me dirijo al baño a por un botiquín y cosas para curar las heridas de Layla. Antes de subir a mi habitación, mi padre me coge fuertemente del brazo, apretando, dándome a entender que no solo siente alegría, también está enfadado, y me empieza a hablar en voz baja.

-No se que has hecho, no se como la has devuelto a la vida, pero créeme que te puedes meter en muchos problemas si estás con ella, chaval. Te lo digo por tu propio bien, no quisiera salir en las noticias como "El pobre Señor Foster ha perdido a su hijo". ¿Te ha quedado claro?

-Voy a protegerla aunque me cueste la vida, viejo. Suéltame el brazo y ves a amenazar a alguien de tu tamaño, ya no estoy para tus gilipolleces de disciplina y conocimiento. -Me suelto bruscamente y subo a mi habitación.

Al entrar, cierro con pestillo y abro el botiquín al lado de Layla, que está sentada en mi cama.

-Va a doler un poco, pero se que eres fuerte.

Empiezo a curar sus heridas poco a poco, desinfectando los cortes, quitando las ramas que tenía clavadas y tapando todo con vendas y tiritas. La peor parte fue un tajo enorme que tenía en la pierna, tapado con hojas a presión y una cuerda hecha con hierbas. Ahí tuve que ponerme guantes.

-¿Como te has hecho esto, Layla? -Le pregunto mientras esterilizo la aguja para coser la piernas

La Caja de PandoraTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon