Capítulo 8

5 2 0
                                    

-¿¡COMO SABES MI NOMBRE?!

-Lo se todo de ti... Se lo que has hecho... Y no está bien.

No lo entiendo, pensaba que lo único malo que había hecho era sacar una navaja en el instituto, pero parece que me he metido en un lío con algún tipo de Organización Criminal. Que el me esté hablando no detiene mis puñetazos llenos de rabia y sangre.

-¿¡POR QUÉ LA HAS MATADO?! -Empiezo a llorar, mientras mato al hombre.

-Todo está en el plan, no te preocupes... -Para un segundo mientras tose sangre, los golpes son efectivos. -Más te vale ir con cuidado, Foster, si no quieres perder también a tus amigos o a la hija de Asbury...

Parece que quería decirme algo más, pero mi puño literalmente le ha atravesado el pecho y no tiene palabras para seguir hablando. Está muerto, como mi hermana y como mi mano izquierda. Levanto al cadáver como puedo y lo cuelgo del furgón. Otro rayo más cae, y yo solo puedo gritar y llorar. Gritar y llorar...

-¿Has visto, Michelle? -Me quedo callado un segundo, esperando una respuesta... --Tu hermanito está aquí... Por favor... Contesta...

Un silencio interrumpido por la lluvia inunda la casa destrozada. El cuerpo de mi hermana está casi entero, solo le falta una pierna. Podría seguir viva, y aunque se que no es así, mi consciencia lo niega...

-Hermanita... Contéstame... Por favor Michelle... No me dejes... No te vayas...

La gente empieza a acercarse, y entre ellos está Luis, que pasa corriendo entre todas las personas tras reconocerme. Se acerca a mi y me levanta. Creo que intenta hablar conmigo, pero no entiendo nada. No hasta que me mete dos hostias y dejo de balbucear.

-¡Mark, por Dios! ¿¡Que coño ha pasado?! ¿¡Y TU PUTO BRAZO?! -Luis no deja de hacer preguntas.

-¡MICHELLE! ¡NO ME DEJES!

-Mark... Está muerta... Ya no pue-

-¡NO ESTÁ MUERTA! ¡SUELTAME!

Parece que Luis se está preocupando más por mi condición física que mi estado mental. Puede que porque me estoy desangrando, o porque me falta medio brazo. Luis accede a soltarme y, con toda mi fuerza, intento apartar el vehículo de encima del cuerpo de mi hermana. Cuando lo consigo, la arrastro hacia fuera.

-Míralo, Mark, por Dios... No vale la pena... Está destrozada...

Tenía razón... Su cuerpo está lo suficientemente destrozado como para no decirlo detalladamente. De solo recordarlo me entran nauseas... Y no, no solo le faltaba la pierna, eso era lo de menos.

-...Hermanita...

La gente empieza a hablar alrededor, todo son cuchicheos entre unos y otros. No se que dicen, no se si es bueno o malo, pero me molesta mucho, porque se que va dirigido hacia mi.

Cuando por fin tengo la fuerza para levantarme, camino a casa, lentamente, ayudado de Luis, que viene a mi lado por si acaso caigo desplomado al suelo. Hemos conseguido hacer un torniquete improvisado con la chaqueta de Luis. Detiene un poco el sangrado, pero aún así las calles de camino a casa están llenas de manchas rojas.

Al llegar a casa, me recibe mi padre. Al principio, papá tenía una cara alegre, pero al ver mi cara, la de Luis y mi brazo completamente destrozado, se vino abajo.

-¿¡Que te ha pasado, Mark?! -Mi padre, preocupado, me hace entrar a casa rápidamente y, mientras me intenta curar la herida lo mejor que puede, llama una ambulancia.

-No vas a conseguir que hable... Lo de él es lo de menos... -Luis está a punto de empezar a llorar también, es la primera vez que lo veo con una cara tan deprimente.

Layla baja rápidamente al oír que ha vuelto. Parecía alegre hasta que ve mi estado. Se acerca rápidamente y me hace la misma pregunta que mi padre, pero recibe la misma respuesta por parte de Luis.

Se me han pasado horas, he notado incluso días mientras mi padre curaba mi herida lo mejor que podía, pero solo han sido minutos. Cuando por fin retomo la consciencia, solo grito una palabra. Una palabra de dolor, angustia, y todos se sienten adoloridos tras gritarla. La palabras es...

-¡Michelle!

Mi madre se ha derrumbado, está llorando en el suelo. Luis ha ido a consolarla mientras Layla y papá me miran preocupados. Entonces, a unísono, los dos me preguntan:

-¿Ese ruido... La explosión...?

Layla me abraza rápidamente y mi padre, que está llorando, intenta relajarse y respirar hondo conforme puede, pero en algún momento se va a venir abajo, yo lo se...

Los médicos llegan rápidamente, después de comprobar que en la zona del "accidente" no hubieran heridos. Aunque si tienen un recuento de dos muertos. Repentinamente, las luces se apagan y despierto en el hospital. Delante tengo al inspector y a un par de policías, detrás de ellos está mi familia, Claire, Luis y Layla.


La Caja de PandoraWhere stories live. Discover now