𝟎. the promise we made

473 61 7
                                    

𝐓𝐇𝐄 𝐏𝐑𝐎𝐌𝐈𝐒𝐄 𝐖𝐄 𝐌𝐀𝐃𝐄prólogo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

𝐓𝐇𝐄 𝐏𝐑𝐎𝐌𝐈𝐒𝐄 𝐖𝐄 𝐌𝐀𝐃𝐄
prólogo


Desde pequeña, supe lo que era la familia. 

Me había criado con mi abuelo y mi hermano pequeño. Siempre pensé que lo había tenido todo, pero para cuando Luffy tenía 7 años y yo 9, algo cambió en mi vida.

Mi abuelo ocupaba el rango de Vicealmirante de la Marina, y aunque a nosotros nunca nos había entusiasmado, nos había criado para que fuésemos marines como él. Rechazaba la piratería y cualquier tipo de acto delictivo, pero a nosotros nos gustaba más la idea de ser piratas, y más desde que conocimos a Shanks el Pelirrojo y toda su tripulación. Él fue el primer paso para que ambos persiguiésemos nuestros sueños. 

Y entonces llegó aquel día. 

El abuelo tenía que partir a una misión, y nosotros... Bueno, no podía llevarnos con él, sería peligroso para dos mocosos como nosotros. Así que hizo lo que creía más conveniente, nos dejó al cuidado de una vieja amiga suya, que según él nos daría todo lo que necesitábamos y que él no nos podía dar en ese momento.

—Chicos, me tengo que ir un tiempo —comentó el abuelo con pena—. A partir de ahora os quedaréis con Dadán.

—No me gustan los monos de montaña —respondió Luffy mientras se quitaba un moco de la nariz.

—Agh Luffy, das asco. ¿Yo también tengo que quedarme abuelo? —pregunté con pena mientras abrazaba la pierna del abuelo.

—Tú también, mi pequeña Lizzie —respondió el abuelo con un hilo de voz—. Dadán tiene a un niño de vuestra edad, se llama Ace. Portaos bien con él, ¿de acuerdo? Yo vendré a veros cuando pueda.

Aquellas palabras fueron las que necesitábamos. ¿Otro niño de nuestra edad? Siempre y cuando no se pareciese a Luffy, creo que podría llevarme bien con él, con un solo Luffy ya tenía más que suficiente. 

Mi hermano me agarró de la mano y con la otra, sujetaba la carta que nos había dado el abuelo para que le entregásemos a Dadán. No me gustaba mucho la idea, pero nos teníamos que quedar con los bandidos de montaña y así lo haríamos. No podíamos negarnos, no teníamos otro sitio donde quedarnos... Y la verdad es que la idea de volver a recibir los puños de amor del abuelo, no me agradaban en gran cantidad.

En cuanto la puerta se abrió, Dadán puso cara de enfado mientras recogía la carta que Luffy le había entregado. Miré hacia Luffy asustada, ¿se supone que esa señora iba a cuidarnos? 

—No me lo puedo creer, Garp ha vuelto a hacerlo —Dadán suspiró y nos hizo pasar con un gesto de cabeza—. Dormiréis ahí —comentó señalando a unas escaleras—, y si quereis comer tenéis que ganaros la comida, podéis preguntarle a Ace.

DELICATE; portgas d. aceWhere stories live. Discover now