CAPÍTULO 3

321 30 38
                                    


FLASHBACK

Se podría decir que Wilhelm más que aparentar ser el príncipe, aparentaba ser un adolescente normal y corriente con ideas tontas como todos los demás. Siempre andaba por ahí sumido en sus pensamientos, riendo con amigos, o haciendo lo que coloquialmente se denominaría como "haciendo el indio". Muchos dirían que era un príncipe irresponsable, pero para él solo era Wilhelm, una persona que también tenía derecho a ser adolescente, equivocarse y disfrutar de lo que es una vida de chico joven.

Habían pasado unos cuantos días del gran evento de "El príncipe Wilhelm llega al internado de Hillerska", y todavía estaba intentando acostumbrarse al nuevo entorno. Intentaba adaptarse al nuevo horario de clases, a la gente con la que tenía que convivir, valerse por sí mismo... Venía de un palacio con una gran habitación, sábanas de seda, cama grande, y unos cuantos sirvientes a su disposición. Y ahora tenía que convivir con cientos de chicos y chicas, tenía muchas horas de clases y tenía que vivir en una habitación pequeña, con una cama, un escritorio y sin televisión ni ordenador. Claro que eso para él no era un problema, la cuestión estaba en que no sentía que aquel fuera su lugar, no le gustaba la idea de estar en Hillerska, consideraba que su personalidad no terminaba de encajar en aquel ambiente, y bueno, en su palacio estaría más tranquilo, sin tener que socializar, dar la cara ni estar rodeado de hipócritas que solo querían ser sus amigos por su alto cargo en la monarquía.

Aparte de todos aquellos contratiempos se encontraba bien, todo lo bien que se podía estar durmiendo en una cama que no era la suya. Pero no tardaría en darse cuenta de que Hillerska quizás no era tan desagradable como lo pintaba su cabeza.

Aquella mañana se levantó temprano, y como no se pudo volver a dormir decidió explorar un poco más Hillerska. Hacía unos días que había llegado así que tenía la maleta sin deshacer, era un auténtico desastre sin remedio. Se levantó de la cama con pereza, cogió un chándal gris de deporte y una camiseta naranja fosforita. Seguido se puso una sudadera negra encima, se puso sus zapatillas de deporte, cogió el móvil y salió por la puerta de su habitación. Los pasillos de Hillerska estaban silenciosos ya que muchos alumnos todavía se encontraban en sus respectivas habitaciones durmiendo.

Camino en silencio hacia los jardines de Hillerska, rezando para no encontrarse a su primo August, que seguro que a esas horas estaría despierto. Siempre estaba haciendo deporte, quizás rozaba lo obsesivo, pero cada uno era libre de gestionar sus problemas como podía. La verdad era que no lo soportaba, siempre le decía qué hacer y con quien estar. Tenían un vínculo de sangre sí, pero eso no tenía por qué convertirlos en mejores amigos.

Salió al jardín de Hillerska, que estaba cubierto por una fina capa de niebla. La respiración de Wilhelm se convertía en pequeñas nubes de vaho del frío que hacía, pero eso era lo de menos para el príncipe, estaba más que acostumbrado. Camino con serenidad bajando las 3 escaleras del camino asfaltado del internado.

Siguió andando y enseguida llegó al pequeño muelle que había en el lago de Hillerska. La canoa era uno de los tantos deportes que el internado ofrecía, y se había construido ese pequeño muelle de madera para que los alumnos fueran libres de entrenar con las canoas y entrar al lago más fácilmente. Wilhelm observó las calmadas aguas desde el final del muelle, era extraño ver el lago sin alumnos a los alrededores o entrenando.

Siguió caminando por los alrededores de los jardines del colegio, era bonito aquel lugar, cuanto menos acogedor. Paseo hasta llegar a un árbol que se encontraba al borde del lago. Pero no cualquier árbol, era un árbol con muchos nombres de parejas tallados en el tronco de este. El marrón del tronco contrastaba a la perfección con el verde de las hojas. Era un árbol precioso, y especial claro, en él descansaban las hermosas palabras de amor de algunos y los nombres de parejas adolescentes de otros. Miro el árbol delante suyo, le llamó la atención lo perfectamente estructurado que estaba y lo fácil que sería subirse a él.

Runaway | Young RoyalsWhere stories live. Discover now