CAPÍTULO 8

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PRESENTE

(Atlantis-Seafret)

Querido Simon,

Han pasado dos semanas y media desde que no veo tus ojos. Y mentiría si dijera que no hay millones de sentimientos sin nombre corriendo por mi cuerpo, por la sangre de mis venas. Estoy aterrado, mi corazón tiene miedo de perderte, mis brazos tienen miedo de no volver a abrazarte ¿Y mis labios? Ellos tienen miedo de no volver a besarte. Y es cierto que, no le temo a la muerte, le temo a una vida sin ti.

Todos los días siento las lágrimas resbalar por mis mejillas como las largas tormentas de enero. Y me juré que no lloraría pero creo que es la promesa más falsa que me he hecho a mi mismo en toda mi vida. Siento un vacío dentro que solo tu llenabas con tus sonrisas. Y duele como el infierno recordarlo. A veces me paro a pensar en cómo terminamos, y digo que te odio con una sonrisa dibujada en la cara, porque no es cierto.

Y es difícil seguir adelante cuando estás enfadado con el destino, porque ¿por qué me tuvo que separar de ti? Se que no quería que estemos juntos, pero amor, estar contigo es lo más correcto que he sentido en mucho tiempo.

Te echo tanto de menos...Te siento a miles de kilómetros cuando convives en el pueblo de al lado. Es como si una fuerza nos separará, como si un río de lágrimas nos alejará, como si pedaleará contra el viento. Y admito que soy humano ante todo y que he intentado ir a verte, a ver tu pelo rizado, tus mejillas sonrojadas, tus labios color sandia, tus camisas de colores y oler tu perfume. Pero siempre hay algo que me echa hacia atrás: "él está mejor sin ti" "el no tiene el corazón roto" "él ya aprendió a seguir sin mi". Todo son juegos de corazones desolados. De niños heridos.

Y mentiría si dijera que estar contigo ha hecho que viva el momento más bonito de mi vida. Aprendí lo inaprendible: Que no siempre estamos hechos para ser solo amigos, que existen personas que son luz como tu, que no está mal salirse de la norma establecida, que nunca es tarde para volver a sonreír, que hay personas que te vuelven tu mejor versión... Si supieras cuánta sabiduría me has brindado estos últimos tres meses...

No creo en el amor a primera vista, no creo en las historias de amor eterno, pero cuando estuve contigo pensé que esta iba a ser una de ellas. Y me desgarra por dentro que no sea así, porque me juré a mi mismo que me quedaría contigo, por mucho tiempo, quizás un "para siempre" es demasiado para un corazón tan frágil como era el mío. Y te echo demasiado de menos, pero entiendo que tu no podías vivir una vida como la mía, detrás de un muro de mentiras, fingiendo ser dos fantasmas, evitando las luces del escenario, las cámaras y el guión escrito. Entiendo que quieras ser libre, y ojalá lo fuera yo también, pero me toco esto, vivir rodeado de una fama que encima no tiene mérito.

No se como terminar este trozo de papel de palabras que me envuelven. La verdad no quiero terminarlo, siento que esto será lo que terminara de rompernos, pero algo debía hacerlo, sino nunca podrás ser feliz con alguien mas, dejarme atrás, tener la libertad que yo no te pude dar. Y será duro Simon, decirte adiós, tanto que no se si algún día podré hacerlo. Esto no va ha ser un hasta luego, sera un hasta nunca. Perdóname por eso, pero es lo más justo para ti, necesito que entiendas que no puedo verte no ser quien eres, y eso solo lo harás sin mi.

Supongo que este es nuestro adiós Simon. No pude salvarnos.

Te quiero, y siempre lo haré porque fuiste mi primer pero mas importante amor infinito.

Wilhelm de Suecia

Wilhelm dejó la pluma sobre la mesa, se limpió las lágrimas que le brotaban de los ojos y se llevó las manos al pelo. Era lo mejor, si, lo era. Tiró del cajón y sacó un sobre color café suave, lo abrió pasando las yemas de sus dedos por el fino papel.

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