Capítulo 05| Inesperada lluvia

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Después de pasar toda la tarde a orillas del mar y disfrutando de la tranquilidad del lugar, es hora de ir a comer. Los horarios que se manejan aquí van de seis a ocho para alcanzar comida decente como cena.

Faltan quince para las ocho y Karim aún no decide qué sandalias ponerse a juego con su vestido blanco de tiras finas con caída de voleros hasta sus rodillas.

Blancas sencillas o blancas con perlitas.

De eso se trata su debate, la pelinegra se mantiene en medio de estos pares de sandalias mirándolas con detenimiento como si pudiesen hablar. Yo me mantengo recostada en la cama ya vestida.

Nada del otro mundo, un vestido blanco de tiras también, solo que es cae en mis tobillos, entalla en mi cintura y una mediana ranura lateral que inicia desde un poco más arriba de mi rodilla hasta el final junto a unas chanclas blancas.

—No te mates mucho, las de perlitas te lucen mejor—. Doy mi opinión con esperanza de acabar el problema.

— No lo sé... —.

— Hombre sii, y si es por Dou no te preocupes, a él le encantas como sea—. Me mira con reproche atraves del espejo  apesar de que es verdad.

Dou parece genuinamente enamorado de Karim, en sus ojos siempre se activa ese dichoso destello cuando la mira o habla de ella. Esto sucede desde hace ya un tiempo, pero quien a veces creo que mata sus esperanzas es ella. Su indecisión hace que las esperanzas de Dou cuelguen de un desgastado hilo.

Ella y yo sabemos el porqué de su indecisión, y es algo que ha tratado con la psicóloga pero por lo visto no se ha solucionado.

— Hablando de él, ¿como están las cosas  entre ustedes?—. Y como el chisme me llama por eso estoy aquí.

Suspira antes de sentarse al pie de mi cama.

— Ni yo lo entiendo, pero estamos bien dentro de los parámetros de "estar bien"—. Enfatiza esta última frase dándome esa mirada de no hablemos más de eso, hago caso a su petición y prosigo en la búsqueda de los zapatos correctos .

— Al fin cual vas a escoger, ya nos tenemos que ir—. En ese momento la puerta de la habitación es abierta y aparece nada más y nada menos que Ilan, también ya bien vestido.

— Hol...—. Ilan queda a medias al vernos en la cama y mira alternadamente  entre los pares de sandalias y nosotras. — ¿Qué está pasando aquí, todavía no están listas?—. Cuestiona con incredulidad en su voz, para ese momento ya me he sentado derechita sobre la cama.

Karim se levanta y le hace pasar sentandolo a mi lado, y antes que él diga algo la pelinegra se adelanta.

— ¿Cuál me queda mejor, estos o estos?— . Ilan parpadea confuso.

— ¿No te puedes poner uno de este y uno de otro?, ambos te quedan bien—. Frunzo el ceño por su observación y Karim suelta un chillido agudo.

— Tienes que decidir uno —. Le aclaro por si es necesario, Ilan se concentra en las sandalias  y  nosotras le observamos expectantes.

— Las de perlitas—. Decide finalmente, sonrió orgullosa por su elección y Karim se los pone sin decir ni una sola palabra.

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El restaurante es iliminado por bombillitos que cuelgan en algunas paredes, curiosamente casi todas las mesas están ocupadas, pero encontramos una con vista al gran cuerpo líquido.

Traen los platos que pedimos y nos ponemos a disgustar, pero antes echo un vistazo a la mesa y me quedo observando el plato de Douglas. Parece.. parece no sé, ¿que es eso?.

Without Scape  ©[Editando]Where stories live. Discover now