Capitulo 13| Sentimientos sin explicación

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Necesito ojos, oídos. Alguien que haga lo que yo no puedo desde acá dejo las cartas de naipe sobre el escritorio —.

Despliego la montaña de las mismas hasta el final, y aquella acción se asemeja al bosquejo que debo seguir. Cada persona, una carta; el valor, su movimiento; de menor a mayor... Como dice el dicho, lo mejor para lo último, en honor.

Gutiérrez despega sus ojos de la Tablet para reposarlos en mí—.

—Si señor.

—Llámale, ya tengo instrucciones claras para darle.

Y en mi mano, el As de piques, movimiento final.

Mi jaque mate.

°°°°°

Un mes después

Elise:

Un sueño raro me despertó antes que lo hiciera mi alarma, pestañeo varias veces para aclarar un poco mi vista nublada por el adormecimiento. Y en un abrir y cerrar de ojos me encuentro de pie frente a la pecera. Sky y Mar duermen como pueden plácidamente, mientras yo, su madre, vigilo su descanso por haber ensoñado que morían.

La tristeza que sentí fue inmensa, lloré, lo hice desconsoladamente hasta que sentí mi cuerpo imitar la escena y brotar lágrimas. Acaricio el cristal de su casa y así, descalza, vuelvo a mi habitación a acurrucarme entre mis acolchadas sabanas.

°°°°°

Agosto 21, lunes.

Hace poco más de unas dos semanas atrás entramos de nuevo a la universidad, la había extrañado después de todo. Camino cerca de las mesas de la cafetería, atajo para llegar al campus de artes, donde estudia Naveen.

En un acto inconsciente volteo a mi derecha, a las mesas repletas como es costumbre a esta hora. Y en una de ellas sobresale un trio de cabezas, entonces como si de un imán se tratase, la pelinegra mayor mira justo hacia mi dirección. Aprieto el agarre en las correas de mi mochila, deseando en mis adentros que no se le ocurra llamarme. Entro en pánico cuando alza la mano y empieza a hacer señas de que me acerque, aunque sabe perfectamente como está la situación entre nosotros.

Tan así, que parece como si tuviéramos un acuerdo mudo. Un día se sienta él con ellos y al siguiente lo hago, lo hacemos con tanta convicción que ni siquiera nos cruzamos o chocamos en el ir y venir. Hemos sabido equilibrar la presencia de cada uno en el grupo sin excluir al otro.

Aun así, no me gusta para nada la situación, es lo más parecido a un par de divorciados que se turnan para compartir con sus hijos.

Niego con una mueca en el rostro y retomo el caminar antes de que Ilan complete la búsqueda sobre el objetivo de su amiga.

Poco tiempo después de haber llegado al otro edificio, unos brazos trigueños me rodean el cuello, su aroma queda impregnado en mi jersey al soltarme.

—Elsy, casi que no te veo —saluda Veen con su característica energía, sonrío y dejo caer mis brazos a los lados para que me abrace—.

Cierro los ojos con fuerza, volviendo a reconocer el cálido aire que solía sentir cuando lo hacía con constancia. Desde que regresamos solo lo había visto unas escasas dos veces entre cortos recesos de su horario.

—Te extrañé—le confieso como muy pocas veces lo he hecho, eso de reprimir lo que siento se me da excelente, él lo sabe—.

—Si te atreviste a decírmelo es porque es enserio la cosa—aleja mi cabeza de su pecho para atrapar mi cara entre sus manos, sus orbes cafés atrapan mi atención—. ¿Estás bien?

Without Scape  ©[Editando]Where stories live. Discover now