Capítulo 08| Amenaza cumplida

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Junio 21, Miércoles.

Ilan:

Un dolor punzante en la parte trasera de mi cráneo hizo que me despertara exaltado, al tiempo que me mandaba un latigazo de dolor en todo el cuerpo por haberme levantado tan bruscamente.

Intenté abrir los ojos, y digo intenté porque al abrirlos los cerré rápidamente por la luz intensa del lugar, haciendo que me mareara y viera puntos blancos donde nos lo había volviendo a recostarme en la superficie donde sea que estaba.

¿Joder, donde estoy?

Sentía una punzada en mi cerebro como si taladraran en él. Abrí los ojos lentamente, acostumbrándome a la luz para ahora si mirar a mi alrededor.

Mierda, tan grave había sido la cosa.

Reparé todo el lugar reconociendo que estaba en un cuarto de hospital: Frio e incertidumbre flotante.

Escaneaba todo el lugar con temor por si había algo que pusiera en riesgo otra vez mi vida, hasta que mis ojos chocaron con la delgada figura de una mujer que descansaba en un mueble, en una posición para nada cómoda.

Elise.

Quise acercarme para acomodarla y que su espalda no sufriera alguna lesión por estar en esa posición, pero mi cuerpo no lo permitía por el dolor, así que solo me quedé mirando el techo como si fuera la obra más bella que mis ojos han visto. Con la impaciencia calando mi sistema,
intenté despertar a Elise, pero desistì, pues su sueño es muy balsudo y no quisiera interrumpirlo.

Di un respingón al ver entrar una nueva persona a la habitación, pero me tranquilice al ver que solo era una enfermera que venia a revisar si todo estaba en orden. La presencia de la chica hizo que Elise se levantara apresuradamente mirando hacia todos los lados como si despertara de una pesadilla. Pero se relajó al ver a la chica a mi lado revisándome.

Sus bonitos ojos cayeron sobre mí, y un brillo de tranquilidad cruzó por ellos al ver que estaba despierto. Se acercó cuidadosamente y abrió su boca para decir algo, pero yo me le adelanté.

—Ya me quiero ir—Dije rápidamente e incómodo por estar ahí.

No me gustaban ni de lejos los hospitales, y menos al recordar como mi madre se negaba a dirigirse a uno cuando ese señor la lastimaba. Mi estomago se revolvió de solo pensar eso, y la mirada desconcertada de Elise me escudriñaba

—No puedes Ilan, no por ahora—. Recriminó ella como una madre regañando a su hijo.

—De verdad Elise, no quiero estar aquí—. Expreso sin apuros y ella solo suspiró en señal de cansancio.

—Ya le avisé a los demás sobre tu estado y no tardan en llegar Ilan—. Informa con la calma danzando en su voz para volver hablar. —Así que ni pienses en algo contrario a lo que te acabo de decir, porque no vas a ir a ningún lado sin haber por lo menos, sanado algo de tu cuerpo—.

Hice una mueca de desagrado a lo que ella me regaló una mirada de advertencia.

—Está bi..—.Me corté al oír el gran azote proveniente de la puerta y yo miré con horror a las personas que se encontraban en la misma por haberme metido ese susto.

¿¡Que les pasaba!?.

Miré a mamá que encabezaba al grupo, quien sudaba y miraba a todo con sus ojos casi saliéndose de sus cuencas. Karim y Douglas observaban por detrás de mí madre como cachorritos asustadizos todo el lugar. Hasta que los ojos de los tres me localizaron en la cama donde me encontraba tirado, y les regalé una sonrisa radiante con un pulgar arriba a los tres.

Without Scape  ©[Editando]Where stories live. Discover now