Emily va todos los veranos al mismo club, dónde se encuentra con sus amigos de toda la vida para pasar los mejores tres meses de su vida. Allí siempre se encuentra con su crush desde que tiene memoria, JJ... tal vez este verano finalmente note a Raf...
—Yo también he notado cierta... madurez nueva en Rafe —Comentó Kie, peinando el cabello de Emily.
Las tres amigas estaban en la habitación de Sarah, teniendo una pijamada. Emily les había contado como había terminado en la isla con el chico.
—Si, el otro día me ayudó a estudiar para un examen —Confesó Sarah—, eso es algo que jamás había pasado antes. Creo que finalmente se está volviendo un hombre coherente.
—Yo creo que fue muy dulce que se haya quedado para ir conmigo al lago —Reconoció Emily.
—Hablando de eso... Perdón por no quedarnos contigo ayer —Se disculpó Sarah—. Se que es nuestra tradición.
—Solo queríamos conocer mejor a la novia de JJ —Agregó Kie—, es muy divertida. Y cool.
—Se como es, vamos juntas al colegio —Contestó Em. Y las chicas no notaron el cambio de tono en su voz.
En ese momento alguien golpeó la puerta, Sarah se puso de pie y fue a abrir.
—Perdón por llegar tarde —La voz de Jasmine se escuchó con claridad en la habitación, mientras entraba cargando su bolso—, JJ no me quería dejar ir. Es muy cariñoso.
—Que asco, es mi hermano del que estás hablando —Se quejó Sarah. Honestamente, la chica detestaba que las chicas hablasen de JJ, a no ser que fuese Emily, porque en el fondo Sarah amaría ser oficialmente cuñada de su mejor amiga.
—Ya, ya, lo siento. No traigamos a los chicos a la conversación —Se disculpó Jasmine—. ¿Quieren chocolate? Lo compre ayer en la ciudad —Las chicas no dudaron en servirse—. Emily ¿Quieres?
—No, gracias. Soy alérgica a las nueces. Y por lo que veo en el paquete, tiene nueces.
—Oh, eso apesta. Si lo hubiera sabido antes... Es que también traje café hecho por mi en el termo, pero tu sabes que soy vegana, así que usé leche de nueces —Comentó Jasmine, mientras sonreía apenada.
—No te preocupes, de todas maneras puedo hacerme el mío —Sonrió Emily, manteniendo la calma—. La sala de estar tiene una máquina, así que siempre voy ahí.
—¿Una cafetera? —Preguntó Jasmine.
—No, es una de esas máquinas que hacen muchos tipos de cafés, esas que suelen estar en las estaciones de servicio —Explicó Kie.
—Oh, ya. Ni muerta bebería algo de esas máquinas, son un asco. Y no es nada orgánico —Comentó Jasmine.
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Ignorando la cantidad de comentarios pasivo agresivos que Jasmine le arrojaba a Emily, y participando muy poco de todo lo que las chicas hablaban, la rubia pudo comprender por qué, en un primer lugar, ella fue amiga de Jasmine. La morena era divertida y muy cool, la clase de persona que te hace sentir admiración. Con su veganismo y su sistema de alimentación a base de cosas orgánicas, su perfecta piel, su rutina de persona sana, su forma de hablar. Jasmine ni siquiera era una persona tonta o inculta, sino que sabía mucho. Y era hermosa. Emily recuerda la admiración que sentía hacia Jasmine, y sabe que es muy fácil perderse en lo que la chica muestra ser. El problema es que es todo una mentira. Y Jasmine no es buena.
