"-¿Quién diría que al jefe de la empresa le gusta seguir órdenes mientras se lo follan?
[...]
-¿Quieres mi nudo, bebé? Eso quieres, ¿no es cierto?
-S-sí...
Una embestida más lo hizo cerrar los ojos con fuerza, Louis estaba siendo especialmente duro...
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6 de septiembre
Louis se movía nerviosamente mientras esperaba que las puertas del elevador se abrieran en el piso del apartamento de Harry.
Cuando bajó, arregló por última vez la maceta con flores que llevaba en los brazos y entró usando la llave que su omega le había dado.
Por el olor que inundaba todo el lugar, dedujo que estaría en la cocina, por lo que dejó su maletín en uno de los sofás y se acercó a él.
Lo vio cocinar mientras usaba una camiseta blanca que apenas llegaba a cubrir una parte de su trasero. Observó un poco su alrededor y los cambios que había; la cocina estaba llena de accesorios coloridos y pequeñas plantas en cada repisa, la luz de la mañana entraba suavemente por la ventana de la cocina y el olor de su omega era tan dulce y feliz.
—¿Piensas quedarte ahí todo el día o vas a ayudarme a poner la mesa?
Sonrió de inmediato —Estoy bastante cómodo aquí, amor.
Harry apagó la estufa y abrió la alacena para sacar un par de platos —Lo sé, tu aroma está suave, pero creo que ya viste suficiente, así que mueve el trasero y ayúdame.
El alfa rio suavemente antes de moverse —Como digas, mi querido Venus, pero primero... —se acercó a él hasta que pudo tomarlo de la cintura, depositó un corto beso en su mejilla y lo giró —Esto es para ti. Lynn me ayudó a escogerlas de camino a la universidad.
Su lobo se agitó y movió la colita cuando pudo oler la emoción en Harry al ver las flores rosadas que llevaba para él.
—Oh, Louis, son preciosas.
—Y son el inicio de mi cortejo, si es que me aceptas —aclaró con cierto nerviosismo —. Es una planta de proteas, estás flores simbolizan cambio, transformación y valentía. Creo que son la opción perfecta para ti porque sé que no te gustan los ramos, prefieres una planta que puedas cuidar.
El omega tomó la maceta en sus brazos y se inclinó ligeramente para besar los delgados labios de Louis —Claro que acepto —susurró con una sonrisa —. Te amo.
—Y yo a ti —Louis comenzó a marcarlo con su olor de forma inconsciente, estaba tan feliz que ni siquiera podría pensar en disimular esa felicidad. —Iré a poner la mesa —dijo antes de darle otro beso y finalmente separarse.
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