8: ¿Magia para pelear?

20 3 0
                                    

Desperté más que desorientada, como si hubiera pasado una eternidad desde el día anterior, tratando de poner en orden mis pocos recuerdos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Desperté más que desorientada, como si hubiera pasado una eternidad desde el día anterior, tratando de poner en orden mis pocos recuerdos.

Estaba en la torre de los magos de la armada siete. Me habían permitido quedarme a cambio de despertar mi magia en los siguientes dos meses. Dos meses que estaba desperdiciando, me recordé, mirando por la ventana y dándome cuenta de que estaba amaneciendo una vez más. ¿Cuántas horas había dormido?

Me levanté de un salto de la cama, encargándome de tenderla para no molestar a Slifera antes de echar a correr rumbo al piso de abajo, sin embargo, en ese momento, el recuerdo de la pesadilla que había tenido hizo que me detuviera antes de tomar el primer escalón. ¿Qué podía significar lo que había soñado? ¿Acaso se trataba de algún recuerdo? La sola idea me hizo contener un escalofrío. No deseaba recordar nada tan terrible como aquello; unas memorias como esa no podían ser reales...

Intenté convencerme de que solo era una pesadilla sin sentido, pero el recordar que después de ella había sido capaz de entender el idioma de Ziggdrall, mismo que parecía haberla motivado en primer lugar, me hacía dudar. ¿Podría estar relacionado? Solo podía tratar de suponerlo y contarle, quizás a Sebastian, quien había parecido genuinamente interesado en lo ocurrido.

Mis hombros cayeron un poco y las náuseas no tardaron en aparecer ante la perspectiva de enfrentarme a la curiosidad del mago sobre lo que había pasado. Dejé salir un suspiro, sintiéndome atrapada. No podía evitar bajar si quería avanzar, pero no quería leer ese idioma y mucho menos enfrentarme a las preguntas de nadie, pero no tenía alternativa.

Sin poder ocultar mi desánimo, me obligué a bajar las escaleras, notando por primera vez el murmullo de varias voces que parecían discutir algo en voz baja. Intenté volver arriba, pero las voces se detuvieron al notar que me acercaba y antes de comprender lo que sucedía estaba en la planta baja envuelta en un enorme abrazo por cortesía de Abby.

Aquel gesto me tomó por sorpresa, pero el darme cuenta de que ella no estaba enojada y Megan tampoco, pues nos sonreía a unos pasos de distancia, terminaron por hacerme sonreír también, conmovida. Regresé el abrazo con ganas, permitiendo que la calidez de Abby me ayudara a recuperar parte de mis ánimos y enviara la pesadilla al fondo de mi mente.

—Nos dijeron que vas a quedarte a ayudarnos, a aprender magia para el ejército —comentó emocionada y no pude evitar asentir.

—Lo haré. Quiero ayudarles. Hacer algo como lo que ustedes hicieron, por mí, por más personas —respondí, pero mis ojos se mantuvieron fijos en Megan, sabiendo que, de las dos, ella era la más difícil de convencer.

Para mi alivio ella asintió satisfecha, casi como si me agradeciera mis palabras o mi decisión y eso hizo que mis ánimos subieran incluso más.

—Yo... no pensé que ustedes quisieran venir a verme luego de lo que sucedió en el comedor —murmuré, antes de poder detenerme.

Guerra de Ensueño I: Princesa sin nombreWhere stories live. Discover now