adiós al viejo John

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CAPITULO 2

Era sábado a la mañana. Me había quedado dormida leyendo a Jane Austen. El sol ingresaba por el por la ventana asi que abrí las cortinas para apreciar la vista del mar. Por suerte nuestra casa daba directo hacia la playa. Me pongo mi ropa deportiva y bajo las escaleras y voy hacia la cocina. Mamá me dejó una nota.

"Salgo con Meredith. Iremos al centro".

Por suerte estoy sola, así que preparo mi batido de proteínas y coloco música. Despertarse con Fearless es una de las mejores sensaciones del mundo. Es una canción que te alegra las mañanas. Bebo mi batido y lavo el vaso que utilicé. Hasta que de repente escucho un ruido extraño. Así que apagó la música y mi primer instinto fue tomar el jabón para los platos. Ante cualquier peligro mi arma iba a ser el jabón. El ruido se acerca. Cada vez se escucha más y más fuerte hasta que hay un silencio. No puedo ver lo que hay, debo salir de mi guarida, así que me armo de valor y comienzo a avanzar sigilosamente. Mi cabeza comienza a plantearse las peores escenas que me podría imaginar "¿y si vienen a robarnos?" "¿Pero quién ingresa a una casa a las 9:00 am.?" "Me olvidé de decirle a mi madre que la amo" "Y a Amy que puede quedarse con mi ropa".
No escucho nada. Todo está en silencio. Por ende, respiro hondo y giro hacia la cocina cuando...

-MIERDA -John está parado en frente de mi. Su rostro estaba cansado, y su cabello parecía que alguien había peleado con él en la selva. Usaba una pijama bastante usual para un chico: una camiseta de pulp fiction y un pantalón azul.
-Wooow ¿tan horrendo soy? -Lo dice mientras coloca sus manos en su pecho.
-Me asustaste... Pense que estabas con nuestras madres, pero al parecer no.
-Discúlpame, no te hubiese molestado si no me hubieran despertado con Taylor Swift.
-Lo siento -Le digo mientras me dirijo hacia el lavaplatos.
-Aunque quiero admitir que Fearless es una canción muy sobrevalorada para ese álbum.
-Retira lo dicho -Le digo mientras utilizo mi arma mortal.
-Esta bien, está bien. Lo siento. ¿Irás a correr?
-Si.
-¿Y no irás a la playa?
-La playa no se irá. Tengo todo el día para ir.

Dejo a John en la cocina y salgo de la casa. Estiro un poco las piernas y comienzo a trotar a pasado suaves. Puedo sentir el viento sobre mi rostro. Luego, cuando llegó a los 2 kilómetros comienzo a correr y freno en una tienda de ropa. Hay un vestido bellísimo de color verde pistacho. No debo distraerme así que continuo el recorrido. Llego a mi límite y vuelvo a la casa.
La gente está disfrutando de las vacaciones. Algunos juegan, otros están comiendo... todo es diversión. Ingreso a la casa y puedo observar que John se ha ido. Pero veo a mi madre y a Meredith en el sofá viendo una película.

-Hola cariño. ¿Cómo estuvo el ejercicio?
-Agotador.

Subo las escaleras y voy hacia mi habitación para tomarme una ducha helada. Luego, me coloco el bikini y sobre ella un vestido tejido a crochet. Tomo mi libro de Jane Austen, mis gafas de sol y una manta y me dirijo a la playa.

El sol está fuerte, así que me ubico en un espacio donde invada la oscuridad y coloco la manta en la arena. Luego tomo las gafas y las coloco en mis ojos. Me recuesto sobre la manta y comienzo a leer. Quedó maravillada por la lectura que las voces y los gritos de las personas se convierten en ecos. Las páginas del libro siguen avanzando y mi concentración aumenta, hasta que de repente comienzo a escuchar gritos de gente y aplausos. No puedo evitarlo, así que me levanto y me coloco las gafas en la cabeza para ver mejor. Las personas están viendo algo en el mar pero ¿Qué es? Me invade la duda y me acerco más hacia la multitud. Al parecer están viendo a chicos surfeando. Una chica arrasa con las olas y luego cae. Otro chico está inmóvil, sentado en la tabla, esperando algo y por último, hay otro chico que domina las olas. La gente lo ovaciona y yo quedo impresionada por sus habilidades. Su imagen se hace más notoria y puedo ver que ES JOHN. No sabía que surfeaba. Mi madre nunca me lo comentó.
Los tres jóvenes salen del mar y una manada de aplausos los siguen al compás. John se acerca. a mí corriendo. Tiene el cabello mojado y un collar de caracoles que le cuelga del cuello. Es tan alto que... BASTA ATHENA, no pienses en él.

-¿Cómo estuve? -Me dice mientras se acerca. Su voz se encuentra agitada.
-No sabía que surfeabas.
-Es un don que siempre lo mantuve en secreto. Te presento a Blair y a Isaac.
-¡Que tal! -Me dice el chico mientras me choca los cinco.
-Isaac tienes que ser más respetuoso con los nuevos. Hola! - Me extiende la mano la chica de pelo castaño. Es muy amable que me sonríe al instante.
-Hola! Soy Athena. Mucho gusto -Les digo mientras le respondo el saludo a Blair-. ¿Cómo se conocieron?
-Estaba por ir a surfear pero se me rompió la tabla de surf, así que fui a la tienda de tablas y me la arreglaron. Ahí los conocí. Luego vinimos a nadar un poco.
-Hoy habrá una fiesta de bienvenida en el lado oeste de la playa ¿Quieres venir?- Me pregunta Isaac.
-Emmm déjame pensarlo pero gracias por la invitación.
-Es una chica ocupada -Dice John.
-Bueno, si tienes tiempo puedes venir -Me afirma Blair.
-Gracias.

Me alejo del trío y vuelvo a mi lugar. Vuelvo a recostarme y continuo leyendo mi libro. Luego siento que alguien se sienta al lado mío.

-Eres muy sociable -Me dice John mientras mira el mar.

Me siento y le contesto:

-¿Por qué dices cosas de mi que no son ciertas?
-Lo siento, no sabía que iba a molestarte de esa manera.
-Esta bien.

Ambos miramos el mar por un momento hasta que el sol comienza a desaparecer y las personas empiezan a irse.

-¿Orgullo y Prejuicio? Si sabes lo que es un buen libro.
-Me gustan los clásicos. Siento que Jane Austen sabe lo que es el romance.
-¿Y qué es el romance para ti? -Me pregunta mientras me mira a los ojos. Siento como mi panza se da vuelta y gira. Trato de ignorarlo y mi vista vuelve hacia el mar. De repente suena mi celular
-¿Hola? Si mamá. Si mamá estoy con él. Ya vamos para allá. -Cuelgo el celular y me levanto-. Debemos irnos. Están esperándonos con la cena, y sabes cómo es mi madre si no llegamos a tiempo.
-A sus órdenes capitán - Me hace una seña de aprobación y levanta mi manta.

Nos dirigimos hacia la casa. Él abre la puerta y me hace ingresar primero. La cena está en la mesa y las luces cálidas de la cocina adornan el hermoso ambiente.

mejor decir adiósWhere stories live. Discover now