Adiós al amor

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Despierto vagamente y me dirijo hacia el baño. Me lavo mis dientes y voy hacia el living.

No había nadie en la casa. Completamente vacío. Abro las cortinas de las enormes ventanas y permito que ingrese la luz. Por lo que puedo observar todo está ordenado en el sofá. La manta está perfectamente doblada, por ende, afirmo que ya se habrán ido. Me dirijo hacia la cocina y agradezco porque mi madre ha comprado comida el día anterior, lamentablemente no había cereales ni pan. Así que tomo dinero y voy a comprar para el desayuno. El sol quemaba mis ojos cansados. 

Luego de comprar voy de nuevo hacia la casa y note que los autos estaban desde que me fui. Extrañada ingreso y la bolsa se cae. No podía creer lo que estaba viendo. Globos, un pastel y ellos. Meredith estaba sosteniendo el pastel mientras mi madre me cantaba feliz cumpleaños. Era precioso.

-Creí que se habían ido.

-Todo era parte de nuestro plan -Dice Meredith-. Vamos, pide tus deseos.

-No puedes pedirles deseos al fuego -Digo y soplo las velas.

- Debes pedirle deseos al agua -Comenta John bajando las escaleras.

Todos estamos sentados en el sofá del living.

Mi madre me otorga una bolsa y trato de adivinar qué es.

-Rompelo, es buena suerte -Rompo la bolsa y no lo podía creer. Era el vestido que le había mencionado el día anterior-. Creí que no me oías.

-Creiste mal.

-¡Ahora el mío! -Me pide Meredith- y me acerca un sobre-. Espero que te ayude para la Universidad -Me dice mientras veo el dinero.

-Med.. -Asi le decía mi madre.

-Muchas gracias -Me digo y me arrojo para abrazarla.

Meredith mira a John y le hace una seña.

-No es como sus regalos pero espero que te guste.

Abro el paquete y mis ojos se llenaron de lágrimas.

- No puedo creerlo...

-¿Qué es? -Dice mi madre impaciente.

-Es la edición original de Emma. ¿Cómo la conseguiste?

-Un mago jamás revela sus secretos.

-Gracias -Le digo mientras coloco el libro sobre mi pecho.

-Bueno, creo que ha sido un maravilloso regalo -Dice Meredith mientras se seca las lágrimas.

- Mamá ¿Estás llorando?

- Disculpen, es que no puedo creer que tengas dieciocho.

Es verdad, ya soy prácticamente una mujer mayor. Puedo conducir sin un acompañante. Terminaré la preparatoria y comenzaré la Universidad. Mi vida adulta estaba por comenzar.

  Estaba en mi habitación y me suena el teléfono. Era Amy. Contesto y puedo ver su rostro, una sonrisa de oreja a oreja.

mejor decir adiósWhere stories live. Discover now