Adiós a la paternidad

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CAPÍTULO 11

5 AÑOS ATRÁS:

 Estaba en casa. Era la típica edad dónde comienzan los cambios. Aparecían partes de mi cuerpo que ántes no tenía. Comecé a fanatisarme con Taylor Swift. Escuchaba todos sus álbumes. Llevaba conmigo mis audífonos y mi nuevo teléfono que me regalo mi padre para mi cumpleaños número trece. John vendría casa esta tarde. Mamá y Meredith pasarían a comprar helado. Estaba lista para los invitados. Mi padre estaba leyendo el diario como todas las mañanas.

-Pruébala -Le entrego a mi padre una galleta recién horneada.

-Deliciosa.

-Espero que les gusten -Me alejo junto con el plato lleno de galletas-. ¿Tú te quedarás?

-Lo sieto mi niña, hoy no. Debo trabajar. - Se levanta del sofá y toma su maletín-. Pero nos veremos hoy a la noche ¿Esta bien?

 Sacudo la cabeza y me dijrijo hacia la pequeña cocina. Me seco una lágrima que sale de mi ojo derecho y continúo cocinando. Detestaba que haga eso. Una niña a esta edad quiere estar junto a sus padres. Jamás estuvo para mis actos escolares, ni para mis cumpleaños, ni para las reuniones con nuestros amigos. Eric y él se llevaban de maravilla, pero no se hablaban demasiado debido a que mi padre casi nunca  estaba. 

 Escucho la puerta y la voz de John, de fondo mi padre le dice:

-¡Que tal! ¿Cómo te fue en el partido de anoche?

-No muy bien, pero esperamos progresar.

-Así se habla. Athena está en la cocina. Pórtense bien - Mi padre cierra la puerta y nos deja la casa a solas. John se acerca y me observa las últimas lágrimas que caían de mis ojos. Me abraza con mucha fuerza y yo lo copio. Era una buena manera que tenía él para expresar que estaba conmigo. Luego, me corre las lágrimas y mira las galletas. Toma una y prosigue.

-¿Qué escuchas? -Ñe da una mordia y sigue-. Estan deliciosas.

-Solo pop y gracias.

 Le acerco mi audifono y ámbos compartimos a Taylor Swift. Él no la conocía, pero notando su expresión podía comprender que le gustaba.

 Luego de unas horas nuestras madres volvieron con helado un poco derretido. Haciamos un gra invento, haciamos un sandwich de helado dónde colocamos dos capas de galletas y una de helñado entre medio. Era mala comiendo eso, el chocolate se derretía en mi mano y John me pasaba una servilleta de papel para limpiarme.

-Tienes ahi -Me señala.

-Gracias.

No fue el mejor día para mí. Mi madre me miraba como cualquier madre observa a su hijo triste. Entendía que algo en mí estaba ocurriendo, pero no era el momento adecuado para hablar.
John tenía su nuevo teléfono, por ende, no quitaba la vista del juego de zombies al cuál le gustaba mucho. Meredith intentaba de una manera muy sutil decirle a John que era un momento en familia, pero yo no quería hablar con nadie. Las madres hablaban en la cocina, en privado, sabían que de algún modo nosotros escucharíamos sus voces desde lejos, pero intentarian creer que no. Escuché el nombre de mi padre y me acerque cautelosamente. Mi oreja estaba adherida a la pared que separaba el comedor de la cocina. John me observa y se acerca caminando en puntas de pie.

-¿Qué estamos escuchando? -Me susurra pero yo lo calló colocando mi mano en su boca.

Las madres escuchan y nosotros nos volvemos a nuestros asientos.  John continuaba si partida aniquilando a los zombies y yo, bueno, perdida en mis pensamientos.
Una vez que se fueron, me recuesto en el sofá individual y le escribo el primer mensaje de texto a John.

-Gracias por estás conmigo.

mejor decir adiósWhere stories live. Discover now