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1:11 pm.

Omar Courtz

Amanda estaba acostada en mi pecho mientras dormía como una pequeña niña sin preocupaciones, acariciaba lentamente su espalda que cubría una fina sabana. En ese momento solo pensaba en ella y el nene, el dolor que sintió al ver que estaba "muerto" y al saber que Sebastián iba a crecer sin una figura paterna.

Miraba un punto fijo hasta que caigo en tiempo y la mire, estaba mirándome toda adormilada, el pelo revuelto y los ojos entreabiertos; sonreí y dejé un pequeño beso en sus labios rosados.

—¿Que hora es?. —se sentó en la cama con la mirada fija en mi.

—Las 1:34 de la tarde. Vamos a salir hoy. —Avise parándome de la cama.

—Mínimo tápate, ¿no?. —me miró de arriba hacia abajo.

—Ay por dios, no jodas. —reí suave.

Empezamos hablar mientras me ponía el short gris y unas medias. Hablamos de lo que había ocurrido, le expliqué todo desde un principio sin ninguna mentira, le confesé absolutamente todo. Entre lágrimas por su parte me hablo de todo lo qué pasó con ella en estos 3 años.

Abrieron la puerta con desespero; Era Miko con Sebas en brazos, los dos posamos la mirada en Miko mientras que ella solo estaba nerviosa, no sabía que decirnos.

—María, ¿Que pasó?. —me acerqué.

—Sebastián...

—Sebastián, ¿Que?. —Amanda preguntó alarmada.

—Se desmayó Blondie, estábamos jugando con Hades y Ela hasta que cayó al piso. Perdóname Amanda. —Miko estaba a punto de llorar.

—Lleva el nene al carro. Amanda, ponte un hoodie cabrona. —Le tire el que tenía en mano y salí disparado del cuarto.

Y mis planes de hoy se fueron al carajo...

•••

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