Charles Leclerc, el Golden Boy de Ferrari, vive atrapado en una relación sin amor y atormentado con un secreto que podría arruinar no solo su carrera, sino su vida entera. Sigue sonriéndole a las cámaras, sin saber que su mundo, aparentemente perfec...
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'There's nothing I hate more than what I can't have'
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Siento ganas de llorar y no sé porqué. Me quedé quieta viendo la imagen incluso después de que ambos se perdieron entre la multitud. Me siento fatal, y no solo por la situación, sino conmigo misma, me siento tan tonta al haberme ilusionado solo por pasar una noche con él, ¿en qué estaba pensando? a penas sabía bien su nombre.
- ¡Ana! ya sal de ahí, no puedes esconderte todo el día.- Grita Camille al otro lado de la puerta.
Luego de ver semejante escena, me devolví a la hospitalidad sin levantar mi mirada del suelo, entré al baño y no salgo hace diez minutos.
- No quiero volver a verlo, Camille.
- No seas dramática. ¡Ya sale!- Le hago caso y bajo lentamente la manilla de la puerta. Ella me mira con una mueca de compasión.
- No pongas esa cara. Solo no hablemos del tema.
- Esta bien, como tú digas.
Toma en forma de gancho mi brazo y ambas nos dirigimos al balcón, en donde se encuentra Lance hablando con un hombre. Para no interrumpirlo decidimos quedarnos en el área de catering.
- ¿Quieres espumante?, iré a buscar.- Habla Camille, tratando de romper el hielo.
- Claro.
Se separa de mi lado y se aleja en busca de las copas.
Yo saco el celular de mi bolso y navego por mientras en instagram. La curiosidad me ganó y no aguante. Busqué aquel nombre en la barra de búsqueda. No fue para nada difícil encontrarlo, era el primer usuario que aparecía. Su feed esta lleno de contenido sobre su vida de piloto, y tiene una que otra fotografía con su novia, que aunque me resistí, de todas maneras entré a stalkear su perfil. Es muy linda.
Me quedo pensando un rato más sobre lo qué pasó hace unos minutos pero decido guardar nuevamente mi celular y busco a Camille con la mirada, pero no la encuentro, por lo que decido ir en busca de Lance. Camino directamente hacia los balcones con la vista en frente pero la bajo inmediatamente cuando veo salir a Charles. La vida me debe odiar. Quede helada, quise llorar y salir corriendo, pero intento disimular mi estado y doy la vuelta, camino hacia la mesa nuevamente, pero escucho una voz detrás de mi que hace que me detenga.
- ¿Ana?
El corazón pareció salirse de mi pecho. Sentí nervios, miedo y unas terribles ganas de volver al baño y no salir nunca. Pero no puedo hacerlo. Me doy la vuelta sobre mis pies y siento como si sus ojos penetrarán los míos. No digo ni una sola palabra. Me mira confundido esperando a que diga algo, pero las palabras no salen de mi boca.
- ¿Qué haces aquí?- Vuelve a hablar.
- Mmm... yo... estoy acompañando a un amigo.- Deseo que caiga un rayo en el lugar y me haga desaparecer, porque aunque no tenga un espejo al frente, sé que tengo las mejillas rojas.
