26. The archer.

352 27 20
                                    

'Who could ever leave me, darling?But who could stay?'

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

'Who could ever leave me, darling?
But who could stay?'

✦ ✧ ✦

Todo mi cuerpo se enfrió por el susto, pero extrañamente, no sentí el mismo miedo que la otra noche.

- ¿Qué quieres?- Pregunté con convicción al hombre que me había engendrado.

- No vengo a hacerte daño.- Respondió, elevando sus manos en forma de paz. Yo no dije nada, ambos guardamos silencio unos segundos, hasta que él decidió hablar.- Solo vengo a despedirme. Me iré por un tiempo, o para siempre quizá. Las noticias que salieron sobre ti, ya sabes, hacían alusión a mí. Volví a estar en la vista de la policía. Escaparse de ellos ya no es tan fácil como antes, ya nadie quiere venderse. No puedo irme de nuevo a la cárcel.

- ¿Y por qué estás tan seguro de que yo no llamaré a la policía?

Mi padre suspiró y al ver su mirada, lo único que pude percibir fue dolor.

- Porque tu corazón no es capaz de hacerlo, Anastasia.- Se tomó un momento y suspiró antes de volver a hablar.- Sé muy bien que nunca fui el padre que necesitabas. Sé que cometí errores, pero tú nunca fuiste uno de ellos, tú eres lo único bueno que he hecho en mi vida. Nunca quise arrastrarte a este mundo tan oscuro, tú misma lo hiciste al estar con ese chico. Pero intenté salvarte, Ana, lo hice. Siempre he deseado protegerte, aunque no siempre lo haya hecho de la manera correcta.

Sus palabras se impregnaron en las paredes, dejando una tensa bruma de melancolía. Y por un momento, creí volver a ver al hombre que solía conocer.

- ¿Por qué me dices todo esto ahora?

- Porque no sé si vuelva a verte. Mónaco dejó de ser mi hogar hace mucho tiempo, Ana. Y la única razón porqué no te pregunto si quieres irte conmigo es porque ya sé que dirás que no.- Yo no digo nada, porque efectivamente esa sería mi respuesta.- Cuídate, ¿si?- Dice para después despedirse con un gesto.

La imagen de su alejamiento me dejó helada.

Era mi padre, el hombre que se fue cuando yo tenía 12, y estaba frente a mí, yéndose de nuevo.

Toda mi vida deseé tenerlo cerca, deseaba tener una familia. Me ponía de rodillas a rezar, pero mis plegarias me hacían creer que realmente nadie me escuchaba. Ahora ese deseo es diferente, él ya no es nada para mí, pero aún así, por primera vez en mucho tiempo, está frente a mí.

Ahora tenía la oportunidad de aclarar la única incógnita que me consumía.

- ¡Espera!- Exclamé, deteniendo su marcha. Se giró hacia mí de inmediato.- Quiero que me respondas algo.- Le dije.

- Lo que quieras.- Me respondió.

Pensé sobre mi pregunta unos segundos, porque no estaba segura de querer saber la respuesta.

Ley Ferrari | Charles LeclercWhere stories live. Discover now