Charles Leclerc, el Golden Boy de Ferrari, vive atrapado en una relación sin amor y atormentado con un secreto que podría arruinar no solo su carrera, sino su vida entera. Sigue sonriéndole a las cámaras, sin saber que su mundo, aparentemente perfec...
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'But I miss screaming and fighting and kissing in the rain And it's 2:00 a.m. and I'm cursing your name'
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Me miro en el espejo, mientras batallo contra mis pensamientos. Son las 11:50 p.m. Charles me espera en 10 minutos a las afueras del hotel. ¿Qué se supone que deba hacer? Si uso mi racionalidad, lo mejor sería quedarme en mi habitación. Ahora estoy con Lance, y él es bueno, es un buen chico, ¿por qué tiraría todo por la borda por alguien que traicionó mi lealtad?
Miro la hora y vuelvo a observarme en el espejo. Siento mucha rabia dentro de mí. No sé que es lo siento realmente, no sé porque mi corazón bombea de forma diferente cuando pienso en Charles.
¿Por qué no me siento de la misma forma cuando pienso en Lance?
Cierro mis ojos con fuerza, y decido que lo mejor es no salir de la habitación. Me desvisto y pongo mi pijama.
Antes de meterme en la gran cama tamaño king que adorna la habitación del hotel, miro por el cristal de la ventana.
El clima se puso feo. Afuera está lloviendo. Y en lo único que puedo pensar es que Charles debe estar empapado, esperando mi presencia.
¿Pero por qué me preocupo yo por él? Si al fin y al cabo, es un traidor.
Aparto mis pensamientos sacudiendo levemente mi cabeza para luego meterme entre las frías sábanas.
Me doy vuelta de un lado a otro, moviendo la almohada para encontrar una posición perfecta para poder quedarme dormida.
Cuando ya al fin me quedo quieta, una curiosidad innata me hace ver la hora en mi celular. Son las 12:01 a.m.
Aún estoy a tiempo, dice mi subconsciente. Pero lo callo, volviendo a cerrar los ojos y obligándome a conciliar el sueño.
Pero mi cuerpo está muy ansioso para quedarse quieto, así que me levanto de la cama y enciendo la pequeña lámpara que se encuentra en la mesa de noche.
Tomo una respiración profunda antes de tomar cualquier decisión apresurada, y al empezar la segunda respiración, dije "a la mierda".
Y así, sin cambiarme el pijama, salí por la puerta de la habitación, decidida a encontrarme con Charles.
Subí al elevador, con las esperanzas de que nadie más suba. Al momento en que las puertas de este se abrieron, mi corazón comenzó a latir de una manera diferente, y sentí un cosquilleo por todo el largo de mis piernas.
Aún estaba a tiempo, aún estaba a tiempo de volver a subir y hacer lo correcto. Pensé en Lance, en que mañana tendré que verlo a la cara y tendré que mentirle. Una culpa invadió todo mi pecho, creando un nudo en mi garganta.
