𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟐

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— Estoy fuera, ven y nos vamos

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Estoy fuera, ven y nos vamos...— Sana habló dulcemente, como si no hubiera estado ausente las últimas 3 semanas en la vida de la coreana, sin dar señales de vida y ahora aparecía como si nada.

A pesar de todo eso, lo único en lo que Jihyo podía pensar era besar los dulces labios de su dueña y sentir su calor corporal envoltear su cuerpo como una manta calentita en los días más fríos de invierno.

Sentía ese punzante dolor en su pecho aliviarse, no buscaba respuestas, no quería saber porqué Sana había vuelto, simplemente quería estar con ella.

— Amor, me voy al baño un momentito.— Jihyo anunció a Tzuyu, esta frunció el ceño al apodo tan cariñoso que la coreana nunca solía usar con ella.

— Esta bien linda, ahora nos vemos.— Tzuyu depósito un beso en su mejilla para despedirse.

Jihyo sonrió suavemente y se fue dirección al edificio donde anteriormente había estado para prepararse para el gran acto de la noche, pero en vez de entrar, se dirigió a la entrada y se encontró con los ojos verdes de su verdadera esposa. Aquellos ojitos que tanto había extrañado ver.
Aquellos ojitos de los que ella buscaba aprobación y orgullo, y de las cuales la mayoría de veces las conseguía.

Porque a pesar de parecer pasiva, Sana era la activa real y Jihyo amaba ser dominada por ella, simplemente se veía tan bien haciéndolo que dejó de ser activa ella misma para poder experienciarlo muchas más veces.

Una gran sonrisa se formó en la cara de Sana al ver a la azabache acercarse a ella, abrió sus brazos levemente y la recibió con un gran y cálido abrazo, de esos abrazos que a Jihyo le encantaba recibir solamente de ella.

Se sentía tan protegida cuando estaba con Sana, como si nada malo le podría pasar.

— Fresita te extrañé ta-...— La emocionada voz de Sana fue cortada por el ataque de los labios de Jihyo sobre las suyas.

El beso fue desesperado, como si le iban arrebatar a Sana de sus brazos nuevamente en cuestión de segundos.

Lágrimas comenzaron a rodar por sus ojos avellanas, se sentía completa, finalmente se sentía completa denuevo después de haber estado rota en mil pedazos durante semanas, aunque para ella se sentía como una eternidad.

— ¿Amor, porque no me llamaste de vuelta?— Jihyo cuestionaba mientras esnifeaba suavemente.

— Al irme a vivir en Japón tuve que cambiar mi número de teléfono, perdóname cariño, debí haber escuchado tu versión de lo que pasó aquella noche en ves de simplemente huir, soy una cobarde.— Sana bajó la mirada apenada de saber que lo que había pasado había sido su culpa.

My Sweet Strawberry || SAHYOOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz