𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟓

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— Mmmg~ ¡S-Sana!— Jihyo gimió, el sonido de su voz resonaba por la baño de su habitación del hotel

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— Mmmg~ ¡S-Sana!— Jihyo gimió, el sonido de su voz resonaba por la baño de su habitación del hotel.

Los dedos de Sana deslizaban sobre el monte de Venus de la coreana haciendo que esta gimiera al sentir un intenso placer tomar control sobre su cuerpo.

La japonesa depositaba suaves besos sobre su hombro y espalda también, dejando claras marcas que en el futuro iban a dar a saber que la coreana era de su propiedad, y aunque a Sana no le gustan las chicas tóxicas, ese pensamiento realmente le excitaba por una vez.

La azabache se pegaba a los azulejos de la ducha, entre el agua caliente que mojaba su espalda, los tres dedos de Sana ya prácticamente dentro de ella y sus tetas rozando con esa fria pared, Jihyo no se resistía mucho más. — Amor voy a venirme~!— avisaba como podía.
Su respiración estaba agitada y sentía que en cualquier momento iba explotar.
Cuando de repente.

— ¡ROOM SERVICE!— una voz femenina se escuchó seguido con la puerta de la habitación abrirse.

Sana rápidamente tapó la boca de la coreana con fuerza y metió sus tres dedos dentro de ella.

— Good evening, you can leave it by the door please! — Sana respondió con el poco inglés que sabía, olvidándose de que literalmente sabía mejor francés, pero no estaba en condiciones como para ponerse a pensar.

Mientras que la japonesa hablaba, sus dedos comenzaron a embestidar a la coreana con fuerza, haciendo que esta diera pequeños saltitos por la intensidad de las estocadas.

Jihyo no pudo evitar hacer pequeños quejidos y en cuanto las hacía, sentía el agarra de la mano de Sana sobre su rostro intensificarse, lo cual le ponía cada vez mas caliente y necesitada.

Sana se despidió de la sirvienta en cuestión de segundos y volvió a poner toda su atención en su ahora esposa.

— Termíname Sana.— Esta habló, haciendo que la japonesa prendió fuego, Jihyo nunca antes le había hablado asi, y amaba esta nueva experiencia.

La rubia no dejó pasar la oportunidad y se dedicó a embestidar a la azabache con tal fuerza que a esta se le cristalizaron los ojos del placer.

— No pares amor, se siente tan rico!— Jihyo rozaba sus pechos aposta contra los azulejos para tener más sensación aún.

Finalmente Jihyo se rompió, sus piernas comenzaron a temblar, sus murmuros se volvieron ahogados y ella misma perdió todo control emocional, reía y lloraba a la vez por culpa del orgasmo que la destrozó.

La japonesa sacó sus dedos y las lamió, absorbiendo el liquido blanco que brillaba sobre sus dedos.

En cuanto todo terminó, la coreana abrazó a su esposa por la espalda, recibiendo una sonrisa de la azabache junto con un leve sonrojo.

— ¿Eres adorable sabías?— Sana pronunciaba y depositó un suave besito en su hombro.

La azabache se volteó para quedarse de frente a la japonesa y le besó cariñosamente. — Tu eres adorable.—

My Sweet Strawberry || SAHYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora