𓆩♡𓆪 || ❛ Sana, quien desde que cumplió 18 años se dedica a vender su cuerpo es fichada por Jihyo, una hija solitaria de padres ricos. Ambas tienen sus problemas pero parecen encontrar la paz estando juntas. ¿Qué pasará si hay varios factores, o pe...
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El famoso "beep" resonaba por el cuarto de hospital, el corazón de Sana nunca dejó de latir y mucho menos por su esposa. Pero Jihyo no estaba con ella y eso le quitaba fuerzas. Estuvo luchando por su vida durante horas y no se sabía con seguridad si la japonesa iba sobrevivir.
Pero finalmente lo hizo, Sana no podía dejar a Sakura y Mina solas, no podía dejar a Jihyo.
La japonesa abrió los ojos en cuanto olió un rico olor invadir sus fosas nasales.
— ¿Acaso sabes si ella puede comer eso? — una voz algo desconocida habló, pero Sana supo enseguida de quien se trataba cuando escuchaba la respuesta de la segunda voz.
— No seas mamona y callate, alomejor la despiertas.— La coreana habló.
Jeongyeon suspiró y miró a Sana, esta en cuanto escuchó sus voce abrió los ojos.
— ¡Viste lo que hiciste!— Nayeon golpeó el brazo de Jeongyeon.
— Yah! No hice nada ¿que hablas?— Jeongyeon puchereó — Bueno Sana, ¿como te encuentras?—
— Bien supongo.— Sana sonrió tristemente. — ¿Está Jihyo ahí?
— ¿Jihyo? Nosotras pensabamos que Jihyo estaba aqui contigo, ella nos mandó un mensaje diciendo que estabas en el hospital y que teniamos que venir a Paris, asi que vinimos. — Nayeon la miró confusa.
— Tzuyu se llevó a Jihyo... y probablemente esté en Corea con ella ahora mismo...— Sana explicó mientras sus ojos se cristalizaron. — Ella entró a nuestra habitación de hotel y me atacó— bajó la mirada triste.
— Nos mandó aquí para saber que Sana estaba viva y a salvo...— Jeongyeon habló al darse cuenta de la situación real.
— ¿Permiso?— una voz masculina interrumpió la conversación.
Las 3 chicas miraron atentas a la puerta. El hombre de bata blanca entró al cuarto aguantando unos papeles.
— Buenas, soy Dr. Won, vengo a hablarte sobre los resultados de lo que hicimos para curar su herida.— El hombre se acercó a la cama.
Nayeon agarró la mano de Jeongyeon con fuerza, a pesar de que no conocía a Sana de hace mucho, realmente veía el amor entre ella y Jihyo y pudo notar que también Sana estaba preocupada por Jihyo.
— Dígame...— Sana le miró atento al hombre en la bata blanca.
— Lamentablemente debemos compartirle que el bebé lo ha perdido...— el hombre pronunció ganando un ceño fruncido de la japonesa y unos ojos abiertos en grande de las dos coreanas.
— ¡¿BEBÉ?!— Nayeon gritó.
— Si... la señorita Minatozaki estaba a 6 semanas de embarazo... es decir, un mes y medio...— El hombre informó. — Pero podemos decirle que su recuperación va ser exitoso, mañana podríamos darte de baja para que se vaya a casa.— el hombre hizo una reverencia y salió del cuarto de la misma forma que entró.
