🔥CAPITULO 5🔥

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SIN EDITAR.

🍆<<{Ares}>>🍆

Con mi hermano Eren no hacemos nada relacionado a Mía por separado, por eso cuando cortó la llamada telefónica en la que le indican que nuestro fuego está pasada de copas en el club me fue a buscar.

Y juntos salimos en su búsqueda.

Agradezco infinitamente a la persona que nos llamó por no dejar que nadie se la llevará.

Llegamos al club de nuestros padres y salimos a paso apurado, entramos y subimos las escaleras al vip.

Lo que vemos al entrar me saca un poco de mis casillas, Mía está semi lúcida en un sofá con su cabeza en el hombro de un hombre que le habla mientras le acaricía el cabello con una sonrisa.

Eso no es lo que me cabreo, sino Luciano, dos hombres lo están frenando para que no se acerque a mi fuego mientras él grita insultos.

Eren: ¿Qué mierda sucede aquí?

Automáticamente la cabeza de todos se gira hacia nosotros, incluso la de Mía, aunque me pareció notar que casi se cae del hombro del hombre.

Sonríe cuando nos ve y levanta su cabeza.

Mía: Hermanitos.

: Qué bueno que llegaron, nosotros los llamamos.

Me acerco a mi fuego y me arrodilló frente a ella, sostengo sus mejillas para que me mire a los ojos.

Ares: ¿Te drogaste?

Mía: Solo tome de esos.

Señala la mesa donde hay muchos, demasiados, vasos de chupitos.

Mi hermano se acerca uno de los vasos a su nariz y me niega con la cabeza.

Ares: ¿No tomaste nada más?

Mía: No hermanito.

: Íbamos a llevarla a su casa, pero creímos más conveniente que se la llevarán ustedes, no queríamos que piense que le hicimos algo.

Ares: Gracias.

Mía: Aimar, así se llama hermanito, él es Danilo, su hermano Hunter y Byron, ¿No son muy lindos? Son buenos conmigo, ellos me tratan bien —se acerca a susurrarme— ¿Los podemos dejar vivos? Los quiero más que a Luciano.

Mentiría si dijera que el corazón no se me rompió un poco más.

Luciano: ¡Mía! ¡Ven aquí Mía!

Aimar: Ve a casa cariño, nosotros nos encargamos de él.

La levantó estilo princesa mientras ella saluda con la mano a todos, apoya su cabeza en mi pecho y un intenso calor surge en mi pecho.

Bajo las escaleras con ella encima de mí y salgo del club esperando a mi hermano, cuando llega acostamos a Mía en el asiento trasero del carro y nosotros nos montamos adelante.

Eren: ¿Qué te dijimos de beber si no tenías nadie que te cuide?

Mía: Qué no lo hiciera, pero los chicos me cuidan, ellos me quieren y yo a ellos.

Un silencio profundo se hace presente en el carro.

Ares: Vayamos a casa, mañana hablaremos.

Mía: Los amo, ¿Sabían?

Eren: Nosotros a tí, fuego.

Mía: No, no lo hacen como yo a ustedes, los amo como hombres no como hermanos —empieza a llorar— llevo mucho tiempo amándolos, años, pero no les dije por qué se alejaran de mi.

Esperé tanto tiempo para escuchar esas palabras que escucharlas ahora me petrifica.

Ella nos ama, siempre lo hizo al igual que nosotros, eso solo me hace entender lo estúpidos que fuimos todo este tiempo.

Eren: ¿Y a Luciano?

Ares: ¿Qué haces? Sabes que está pasada de copas y te dirá todo, no hagas eso, no preguntes cosas que quizás me rompan.

Le susurro con todo el enojo que tengo.

Mía: ¿Luciano? —se ríe— nunca lo quise, quería que piensen que estaba con alguien para que no vieran todo el tiempo que pasó observandolos a escondidas.

Ares: Mía D'Angelo, le entregaste tu cuerpo a una persona a la cual usaste para ocultar tus sentimientos, eso está muy mal.

Mía: ¿Mi cuerpo? No, que asco —se acomoda en posición para dormir en el asiento mientras bosteza— me olvidé mi cartera, tengo algo importante dentro, ¿Me la dan?

Mi hermano me mira a mí.

Ruedo los ojos, por supuesto que seré yo el idiota que vuelva a entrar en el club por una estúpida cartera.

Salgo del carro el cual no se había movido ni un centímetro y cierro la puerta dando un portazo que por la ventanilla me doy cuenta que exalta a Mía.

Poco, porque vuelve a acostarse y dormirse.

Genial, mi fuego me confesó sus sentimientos hacia nosotros y esos cuatro desconocidos estando borracha.

¿Cómo hago para que los diga estando sobria?

Entró al club el portero me dio otra vez un asentimiento de cabeza y vuelvo a subir las mismas escaleras que bajé con mi fuego en brazos.

Hunter: Eres un imbécil, no te mereces una mujer tan buena y hermosa como Mía.

El hombre lo insulta mientras lo ve con una mujer en sus piernas y una de las manos en sus nalgas.

Está engañando a mi fuego.

: ¿Buena y hermosa? Es una estúpida que está forrada en dinero, nada más.

Esa mujer y el novio de mi fuego se ríen.

Luciano: Sabes todo lo que me compra y no tengo que hacer absolutamente nada, ni siquiera tratarla bien, ni siquiera serle fiel.

Byron: Eres el peor imbécil que he conocido.

Luciano: Un imbécil con un departamento, carro y una cuenta de banco llena por la estúpida esa.

Ares: Te olvidaste de contar el ataúd, si es que encuentran tu cuerpo.

Sacó con rapidez a la mujer de sus piernas mientras me acercaba.

Luciano: No es lo que piensas.

Se pone de pie excusándose y alejándose un paso, queda justo debajo de una pequeña luz y lo observó a detallé.

Sus pupilas están extremadamente dilatadas, traga varias veces intentando pasar saliva que no tiene por su boca seca.

Está drogado definitivamente, no lo mataré en ese estado, quiero que sienta cada puto dolor en su cuerpo antes de morir.

Mía.  9°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora