🔥CAPITULO 11🔥

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SIN EDITAR.

🍆<<{Ares}>>🍆

Sostengo sus caderas clavando con fuerza mis dedos cuando le veo la intención de bajar con fuerza, puede que le rompa la cadera, pero no le destrozaré el coño con mi polla.

Ares: Lento.

Le digo entre dientes cuando comienza a hacer fuerza para bajar, la dejo quieta y soy yo el que levanta la pelvis para meterme en ella.

Su estrecho coño hace un enorme esfuerzo para permitirme entrar, me meto en ella hasta que algo se interpone para permitirme seguir.

Mía...

Ares: Fuego, esto te dolerá un poco más, pero te prometo que después de eso solo será placer.

Le digo entre dientes mientras aprieto mi mandíbula y sudor cae de mi frente.

Asiente entre quejidos de dolor y yo la dejo caer sobre mi polla, enterrando en ella mis 25 centímetros.

Hay un leve rastro en mi polla cuando la levantó para que mi polla salga de ella hasta la mitad y gime cuando la vuelvo a dejar caer, todo esto mientras hago movimientos circulares en su clitoris para que tenga la mejor experiencia posible.

Empieza a brincar a su propio ritmo, como cuando se estaba frotando contra mi.

Su coño parece contraerse con cada salto y apretarme hasta la inconsciencia, estoy delirando del placer que me produce, uno que nunca antes había sentido y se exactamente porque.

No es solo por su virgen coño, es por ella, mi fuego, mi alma, mi corazón, mi vida entera, no solo estamos uniéndonos por nuestras partes íntimas, nos estamos uniendo en cuerpo y alma.

Y joder que espero que sea por toda la eternidad.

Mi hermano pone una sábana sobre su cuerpo, tapando su cuerpo desnudo, el cual solo puede verse desde donde estoy, ella frena lo que está haciendo y lo mira mientras él ata el extremo de la sábana a su cuello para que le quede como una capa.

Eren: Ahora eres nuestra mujer, nadie podrá verte así, solo nosotros.

Procede a subirse al sofá con la polla al aire frente al rostro de ella.

Qué bueno que el si pudo pensar en cubrirla por si aparecía Luciano, es nuestro cuerpo, nadie puede verlo.

Eren: ¿Te gustaria probarme? fuego —Ella asiente con la cabeza— ¿Lo hiciste alguna vez? —niega— pasa tu lengua por todo el largo de mi polla, como si fuera una paleta.

Lo hace tal cual se lo explico y puedo ver como el aire abandona de golpe el cuerpo de mi hermano.

Eren: Joder... muy bien, fuego, ahora cierra tus preciosos labios en la punta mirándome a los ojos —Lo hace y mi hermano gime— abre la boca —cuando lo hace el mete una buena porción de su polla—seras muy buena niña y no te ahogaras ¿verdad? —ella asiente— respira por la nariz, fuego.

Dice antes de mover su polla dentro y fuera de su garganta con fuerza.

Agarra su cabello en una coleta al mismo tiempo que gime alto y yo clavo mis talones en el suelo empezando a penetrarla duro.

Su calor es tan consumidor que por un momento me pierdo en las sensaciones, disfrutando de todas las que estoy sintiendo.

Amor.

Conexión.

Calor.

Perversión.

Lujuria.

Placer, mucho jodido placer.

Miro a mi hermano cuando una fuerte electricidad me recorre la polla, tiene la mandíbula apretada y me asiente con la cabeza a la pregunta silenciosa que le hago, los tres estamos por acabar, su coño empieza a contraerse con tanta fuerza que aprieto sus nalgas tanto que grita en la polla de mi hermano, se ahoga cuando el larga toda su carga en la garganta y yo la embistó de forma descontrolada hasta que nos corremos juntos.

Ares: Mía...

Mis ojos se viraron hacia atrás y varias cargas de semen caliente terminaron en lo más profundo de ella.

El sonido de la puerta abrirse nos alerta a los tres, pero no salimos de ella en ningún momento, agarro los costados de la sabana para cubrir las partes que se puedan ver y mi hermano mirando a los ojos de nuestro fuego con actitud dominante y una sonrisa ladeada se entierra un poco más en su garganta.

Algo se cae de las manos de Luciano y ahora si mi hermano suelta a Mía saliendo de ella de forma calmada, sin importarle que el imbécil este viendo su polla salir de la boca de ella.

Luciano: ¿¡Me estabas engañando con tus malditos hermanos!?

Eren: Bueno, según nos enteramos hoy, tenemos dos... —lo mira de arriba a abajo aun con su polla al aire— o tres veces tu tamaño.

Mía me mira, veo un poco de vergüenza en sus ojos, no creo que sea de nosotros, sino de la situación en la cual nos encontró con su boca alrededor de una polla, no porque sea la polla de mi hermano.

La beso para que se calme, lo cual funciona porque cuando separamos nuestros rostros tiene una sonrisa en el rostro.

Mía: Sí te estaba engañando con mis hermanos, son mucho más hombres que tú.

Luciano: Eres una puta, son un asco, ¿cómo pudieron siquiera pensar en eso? ¡Son hermanos maldita sea!

Ares: Y eso solo lo hace más emocionante.

Luciano: Todos se enteraran de lo que vi, sus padres, toda su familia los va a repudiar.

Me rio internamente, ya superamos esa etapa en la que creíamos que si le decíamos a nuestro fuego lo mucho que la amamos la familia se enojaria con nosotros, ahora todos saben lo que sentimos, siempre lo hicieron y estan bien con eso, nos apoyan.

Mía: Por favor ve y cuéntaselos.

Luciano: ¿Qué pensaría su queridísima abuela Arlene si lo supiera?

Al fin, estúpidos.

Mía: Averigualo, pero vete que tenemos cosas que seguir haciendo.

Luciano: Eres una aberración, me avergüenza haber salido contigo.

Mía: Mira, en algo coincidimos, también me avergüenza haber salido contigo.

Luciano: Tienen una hora para irse de mi casa o los sacaré con la policía.

Se da media vuelta y sale del departamento echando humo por los oídos.

Ares: ¿Esto es suficiente para que vaya a decírselo a su familia?

Mía: Definitivamente.

Mía.  9°Where stories live. Discover now