🔥CAPITULO 33🔥

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SIN EDITAR

💣<<{Malik}>>💣

Tuve que separarme de ella y dejarla cambiar para no volver a follarla.

Ahora los dos estamos cambiados frente a la mujer que continúa amarrada, mi mujer carga una navaja en la mano y sonríe ante las lágrimas de Lucia.

Mía: Le hace falta un cambio de apariencia.

Dice y se coloca en la espalda de ella y con paciencia empieza a cortar su cabello desde el ras.

Mía: Ups, si no te quedas quieta te sacaré más que un pequeño cacho de cuero cabelludo.

Un mechón de pelo cae sobre las piernas de Lucia colgando de un trozo de cuero cabelludo también cortado.

La cabeza queda totalmente pelada y en algunas partes sin cuero cabelludo haciendo sonreír a mi mujer quien ahora se pone frente a ella viendo las lágrimas en sus ojos.

Mía: No debes estar triste, ¿No eres muy hermosa para estar triste?, Yo lo soluciono.

Mete la navaja en la boca de Lucia y corta desde las comisuras hasta media mejilla inclinando siempre hacia arriba, hace lo mismo de ambos lados haciendo que una horrorosa sonrisa quedé plasmada en el rostro ensangrentado de Lucia.

Asombroso.

Cuando creo que no le hará nada más, agarra un soplete y empieza a quemarle el pecho, su ropa se prende fuego y ella se aleja para ver con ojos brillosos como se queman su cuerpo.

Cuando la ropa ya está desecha y vemos piel viva en la mayoría de su cuerpo, la puerta del calabozo es abierta y entra Eren con una jarra de agua.

Mía: Gracias vida.

Toma la jarra que ahora noto el vapor que sale de ella y la lanza al cuerpo de Lucia haciéndola gritar de dolor.

Uf, que puto dolor.

Ahora agarra una sierra eléctrica chica y corta ambas manos de Lucia desde las muñecas, cuando termina no las suelta.

Mía: Vida, llama a uno de los hombres.

Eren va hacia la puerta y entra con uno de los hombres que vigilaba el pasillo.

Mía: Toma —le da las manos— meteselas en el coño, entrarán fácil con lo abierto que está, después que venga un doctor a curarla y llévala al campo de tiro.

Hombre: Sí señora.

Mía: Vamos.

Eren: ¿La vas a torturar por largo tiempo?

Mía: Será el saco de entrenamiento de Venus.

🫦<<{Mía}>>🫦

1 mes después…

Voy caminando hacia la cocina cuando mi abuela me llama, voy hacia ella, está sentada en la sala.

Atenea: Nena, estaba organizando los insumos y me di cuenta que no te has dado las últimas cuatro inyecciones, ¿Estás buscando quedar embarazada?

El mundo entero tiembla bajo mis pies, llevo tres meses con los chicos y ya me había olvidado la inyección por estar concentrada en mi venganza.

La miro a los ojos intentando expresar con ellos todo lo que estoy sintiendo.

Miedo.

Mucho.

No estoy buscando quedarme embarazada y realmente olvidé las inyecciones, claro que eso ya me había pasado, pero antes no me hacía mucho problema, no tenía relaciones sexuales.

Ahora es totalmente diferente, tengo relaciones, muchas de hecho.

Atenea: No te asustes, vamos a dártela ahora.

La acompañó al quirófano y ella empieza a buscar las inyecciones, pero se detiene.

Mía: ¿Pasa algo?

Atenea: Creo que será mejor que te haga una ecografía primero nena, por las dudas —no se que se supone que deba decir o hacer— no te asustes, todo estará bien, recueste ahí y bajate apenas el leggings.

Hago lo que me dice, entiendo que no me hace levantarme la remera porque tengo un corpiño deportivo que uso como top para entrenar.

Que era justo lo que estaba haciendo antes de todo esto.

Coloca un aparato con gel en mi vientre y lo pasa por todos lados mirando una pantalla, yo mientras tanto he dejado de respirar y estoy mirando el techo con el corazón en la boca.

Yo… siento que ellos no querrán un embarazo ahora.

Atenea: Nena… —la miró con atención— estás embarazada —siento como mi vista se nubla y lágrimas caen por mis mejillas— de dos bebés.

Cuando saca el aparato de mi cuerpo subo mis rodillas a mi pecho y tapo mi rostro con mis manos llorando.

Cómo nunca lo había hecho antes.

Ellos no querrán esto y me destrozará perderlos.

Escuchó la puerta abrirse y siento una presencia a mi costado.

Venus: ¿Estás bien?

Mía: No.

Lloro con fuerza sin mirarla.

Atenea: Se acaba de enterar que está embarazada de mellizos.

Venus: ¿Y por qué llora? ¿No lo quiere?

No escucho una respuesta de mi abuela.

Venus: ¿Por qué lloras, no estás feliz?

Mía: Ellos no los querrán, sólo llevamos tres meses y no hemos hablado de bebes.

Venus: ¿Por qué negarían a sus bebés si ya tienen una hija?

Levantó la cabeza de golpe.

Mía: Es verdad, ya tenemos una hija.

La abrazó, como se que no le gusta, pero me importa poco en este momento.

Ella no sabe dónde poner sus brazos así que solo los deja a sus costados y no me devuelve el abrazo.

Entendí, no sabes abrazar.

La suelto.

Mía: ¿Me acompañas a decirles?

No voy a admitir que todavía hay un pequeño miedo.

Venus: Claro, y si dicen algo yo misma los tiro por un precipicio.

Mía: ¿Incluso al viejo?

Venus: Incluso a él.

Atenea: Nena, felicitaciones, pero todavía no te dije de cuando estás.

Venus: No jodas, ibas a ir y qué les dirías "Oigan estoy embarazada de bebés", muy chistoso.

Mi abuela se ríe y yo la acompaño un poco olvidando mi miedo.

Atenea: Tienes tres meses de embarazo.

Mía.  9°Where stories live. Discover now