Con uno o con dos

81 2 0
                                    

     Irse para preservarse y no como primera decisión. A mi también me habría encantando que funcionara la historia pero, si no funcionó, entonces me voy.
    Nadie entiende para qué te quedás donde ya tenés garantizado el llanto, a cambio de la no aceptación del dolor.
    No todos nos quieren como uno quiere. Y, claro, por supuesto que duele. Pero quedarte no revierte la situación. No coloca un amor donde no se lo siente. No te evita la angustia. Te la estira, te la hace de chicle y se te revienta en el alma cansada, agonizando de dolor.
    Quedarte es la angustia golpeando dos veces. La primera, por la tragedia no buscada de ese desamor. La segunda, por quedarte en ese lugar cruel. Indigno de desazón.
    No te podes ni ver en ese lugar, pero tampoco te vas. Porque irte te obliga a asumirte que no te eligió. Entonces te pones una venda en los ojos y te colgás, a presión, una falsa esperanza en la cara, que te promete aliviar el dolor. Y no.
    No siempre uno puede elegir las opciones. A veces, las opciones las pone el otro. Pero siempre, y toda la vida, se puede elegir con cuál de esas opciones no elegidas te vas a quedar.
    El otro no te quiere. Ya está. Te toca a vos decir si te quedás o te vas.
    Dale, elegí con cuántos dolores te vas a ir acostar.
    Con uno, o con dos. Esa sí es tu decisión.

Rota se camina igual (Lorena Pronsky)Where stories live. Discover now