15 | La primera cita

43.9K 4.6K 7.5K
                                    

cuidado con los comentarios, pecadoras.

espero que disfrutéis mucho del capítulo, os quiero, gracias por todo <3


15 | La primera cita

Maeve

Connor vuelve a tener su boca sobre la mía en cuanto llegamos a la camioneta.

—Vamos a dejarlo todo hecho un desastre. —Me rio.

—Nos ocuparemos de eso después.

Me arqueo para que pueda abrir la puerta del vehículo y, de alguna forma, acabamos en la parte de atrás, conmigo sentada sobre su regazo. Tenemos la ropa mojada después de lo del lago, pero ninguno de los dos le da importancia. Esta vez el beso es más intenso, más urgente, desesperado. Mueve sus labios sobre los míos como si llevara toda una eternidad esperando para hacerlo, y me parece bien. Yo también llevo meses anhelando que llegara este momento. Deslizo las manos por sus brazos, sus hombros, su espalda, y luego decido que no es suficiente y tiro del borde de su camiseta.

—Fuera —ordeno.

Él sonríe sobre mi boca.

—Qué impaciente.

—Has empezado tú.

Hay cierto brillo socarrón en sus ojos cuando se aparta lo justo para sacársela por la cabeza. Sigo cada movimiento con la mirada. Sabía que era inútil que volviéramos a vestirnos, que tarde o temprano íbamos a acabar así, pero hay algo en verlo desnudarse, estando tan cerca y debajo de mí, que hace que el calor se me concentre en el estómago.

Connor no pierde el tiempo; lanza la camiseta al asiento contiguo y vuelve a besarme con intensidad antes de que pueda decir nada. Y, entonces, se me olvida dónde estoy. O sencillamente ya no me importa. Me da igual que sigamos empapados, que estemos aparcados en medio de ninguna parte y que haga tanto frío que, hasta hace un segundo, no podía dejar de tiritar. Solo puedo pensar en él, en que sus labios están calientes, en que tengo su respiración atorada en el pecho y en esa necesidad revoltosa que noto en las entrañas y que debe ser muy parecida a lo que siente uno cuando sabe que se está hundiendo y no puede nadar más rápido hacia arriba.

Podría hacer esto durante toda la noche.

De hecho, creo que quiero seguir haciéndolo toda la noche.

—Seguro que lo tenías todo planeado —susurro. Enredo los dedos en el pelo suave y mojado de su nuca—. Traerme aquí. Que haya solo una cama. Ha sido todo a propósito. Sabías que acabaríamos así.

Él suelta una risa ronca.

—No, no estaba planeado. Pero ojalá hubiera sabido que esto iba a pasar. Te habría besado antes en lugar de pasarme todo el día pensando en las ganas que tenía de hacerlo. —Me pasa las manos por los muslos, apretando lo justo para provocarme escalofríos—. Joder, adoro estos pantalones.

Siento un torrente de calor cuando roza la tela de mis vaqueros. Aprovecho que ha entreabierto la boca para profundizar el beso, y todo, excepto él, deja de tener importancia. Lo que acaba de decir no es solo un subidón para mi ego; también es una pequeña victoria personal. La Maeve de hace unos años jamás se habría atrevido a ponerse unos pantalones cortos para salir con un chico. La de ahora no solo no ha dudado en llevarlos, sino que además disfruta al pensar que Connor ha estado pendiente de mí todo el día. Mirándome. Pensando en besarme. Espero ansiosa a que sus manos continúen su camino. No lo hacen. Me provoca. Vuelven a bajar.

—Maeve. —Mi nombre sale de su boca en un murmullo. Está jugando conmigo. Le encanta jugar conmigo. O, al menos, eso es lo que pienso en un principio—. Necesito decirte una cosa.

Todos los lugares que mantuvimos en secreto | 31/01 EN LIBRERÍAS Where stories live. Discover now