Capítulo 16

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Italia

— ¿Me vas a decir que sucede? — pregunta Caden al estar sentados en el avión

— ¿Prometes ser descente y no reírte? — pregunto seria mientras tomo un sorbo de jugo de naranja

— No haría eso en un momento serio, no soy un tonto Deb.

— Me llamó el abogado de mi mamá, el cual curiosamente no pertenece a su firma de abogados, en fin, mamá está detenida en Italia — digo mientras un nudo se forma en mi garganta — tengo que ir a verla y ver que puedo hacer.

— ¿En la cárcel, qué sucedió? — dice confundido y algo preocupado mientras toma mi mano, pero yo lo alejo de inmediato

— Se supone que esta siendo acusada por malversación de fondos, nuestra casa está en Italia y la lograron capturar ahí, creo que esto ya llevaba mucho tiempo, tal parece que nuestras cuentas fueron congeladas y yo... yo no se como puedo ayudarla.

— Tranquila Deb, yo te puedo ayudar en lo que necesites ahorita solo tenemos que llegar y verificar que sucede, estoy seguro de que todo se solucionará rápidamente.

— Mamá es inocente, ella no es responsable de esto — niego repetidas veces y sostengo mi cabeza con mis manos — solo nos tenemos una a la otra y ahora esta sola atrapada en una cárcel.

— Sí necesitas algo me tienes a mi Deb...

— Tú solo estas presente cuando tienes intereses involucrados Caden así que dime de una vez que ganas con ayudarme — digo intentando evitar que las lagrimas caigan

— No siempre busco algo Debra, no soy tan egoísta como piensas, pensé que me conocías mejor.

— ¿Entonces vas a decir qué haces esto por mera amistad? — digo confundida

— No te confundas, nunca tuvimos una amistad, tú tuviste la fortuna de que te dejara estar cerca mío mientras yo solo perdía mi tiempo, por lo cual es evidente que no siempre gano algo, algunas veces es por mera caridad — dice con el ceño fruncido

— No necesito tu maldita caridad Caden y si pudiera saltar de este avión lo haría sin dudarlo — menciono mientras me pongo de pie y me muevo a un asiento que está lejos de él

— Pues ahí esta la salida de emergencia y hay un paracaídas — dice con molestia

— Bien, avísale al piloto, voy a saltar de este tonto avión — digo con seguridad

Tal vez tenía miedo, pero en este momento no lo sentía, mi orgullo no me lo permite, puede sonar absurdo e impulsivo, pero no me importa en este momento.

— No seas tonta, no te permito saltar del avión — dice algo temeroso al ver que no me vuelvo a sentar

— ¿Y quien te pidió permiso? Caden puede que estés acostumbrado a tratar a todos como quieres y que no te digan o hagan algo al respecto, pero conmigo no es así, puede que no tenga ningún dolar para transportarme y esté demasiado lejos del suelo en estos momentos, pero no me importa saltar si eso me ayuda a dejar de escuchar tus tonterías.

— Está bien Debra — levanta las manos
— no voy a decir más tonterías en lo que resta del viaje, solo no saltes del maldito avión.

Dos grandes problemas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora