Extra

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Al final, una semana después de ese encuentro entre los tres, descubrieron que efectivamente Elliot estaba embarazado. El druida les confirmó sus sospechas trayendo emociones contradictorias en Elliot, si bien estaba feliz por tener un hijo de ellos tres, creía que era demasiado pronto para dejar el luto por Javaid y tener un nuevo hijo. Durante los meses siguientes el trío tuvo sesiones con una psicóloga bruja, esta le hizo entender a Elliot que seguir adelante con su vida no quería decir olvidarse de su hijo difunto. Gracias a esas sesiones el embarazo de Elliot pasó sin gran problema, sumándole además que ahora eran los patriarcas del clan, la magia que el apellido ofrecía se instaló en la casa principal del trío, reforzándola con algunos símbolos antiguos. El lobo y el vampiro castaño, al ver como Elliot en su octavo mes ya no se podía mover de la cama por lo cansado que estaba, empezaron a sospechar que de nuevo traía gemelos, así que hablando con el Druida llegaron a la conclusión que deberían hacerle de nuevo la cesárea antes de tiempo.

Elliot al enterarse de lo que iba a pasar, agradeció que sus parejas le hubieran dado voz aquello que rondaba su cabeza desde hacía unos días. Y sabía que en ese momento no debía temer por la vida de los niños que venían, ya que Walter y Drystan estaban muertos.

En esa cesárea, Darcan se acercó a sujetar la mano de Elliot, agradeciendo que el druida contará con la ayuda del emisario para realizar ese procedimiento. Elliot respiró hondo mientras cerraba los ojos, sabía que venía, el dolor y todas las sensaciones horribles, pero eso no le hacía estar preparado para ello.

El druida miró con ligera desconfianza al lobo, este era el único que se podía lanzar contra él si sentía que estaban haciendo daño a su pareja. Se le pasó por la cabeza pedirle que esperara fuera, pero sabía que eso iba a ser una negación rotunda del Alpha. Así que para protegerse, y aprovechando que a los vampiros no les dañaba, tenía un pequeño montón de acónito y ceniza de serval, toda precaución era poca.

El druida hizo el corte escuchando los gritos del vampiro, mirando de reojo al lobo y asegurándose de que el emisario estuviera preparado para recibir al primer niño. Tenía claro que después de ese parto se tomaría unas vacaciones muy largas. Este metió las manos en el corte cuando los gritos de Elliot acabaron, sacó al primer bebé cortándole el cordón dándoselo al emisario, metió las manos de nuevo para ir a por el segundo, y repitió el mismo procedimiento.

Todos se quedaron congelados al escuchar el latido del segundo, eso solo podía significar que este era un lobo. Hunter miró con una sonrisa a Darcan antes de cambiarlo por una mueca llena de ternura al ver al lobo llorar con la mirada fija en el niño que estaban limpiando.

- ¿Es un lobo?- Preguntó con la voz temblorosa, esperando la respuesta de alguna de las dos personas que se acercaban a ellos con los niños.

- No, es una loba.- Dijo con una sonrisa amable el druida. Darcan se apoyó en la pared mirando sorprendido a los vampiros, no acababa de creerse que eso fuera posible. Hunter sonrió enternecido antes de alzar a Elliot para ir a la habitación. Darcan se recompuso y aceptó a los dos bebés, antes de caminar detrás de Hunter hacia la habitación.

Allí los dejó en las cunas antes de acercarse y comprobar al otro bebé, también era una niña y por lo pálido de su piel y el inexistente latido estaba claro que era una vampira. Darcan se acercó a los biberones y tomó el de sangre antes para dárselo a la vampira.

- Voy a pedir a una de tus lobas leche para bebes.- Dijo Hunter antes de desaparecer de la habitación. Darcan se sentó en los pies de la cama, para tener controlado a Elliot y a la loba.

El Alpha no mentía cuando pensaba que al empezar una relación con los dos vampiros sus posibilidades de tener descendencia biológica aumentaba y eso le hacía feliz. Pero una pequeña parte de él, le decía que eso no iba a ser posible, que debería conformarse con el hijo que había adoptado. Por eso el saber que uno de los bebés había adoptado toda o parte de su licantropía le hacía muy feliz. Hunter volvió con el biberón y lo dejó encima del mueble, para que Darcan pudiera alimentar a la loba. Él, por otra parte, se acercó haciéndose un corte en la muñeca a la boca de Elliot, dejando que la sangre cayera en esta para que así se recuperará antes.

El Alpha dejó a la vampira durmiendo en la cuna y se acercó a la loba que empezaba a llorar para darle el biberón. Elliot se sentó de golpe antes de emitir un pequeño quejido tocando su parte baja del vientre. Cuando el dolor se disipó miró al lobo y sonrió al verle alimentar a uno de los bebés, sin reparar en el contenido del biberón.

- ¿Son dos? ¿Están bien?- Hunter sonrió sentándose delante de él y tomando sus manos, acariciándole con cariño.

- Son dos.- Confirmó el vampiro viendo la sonrisa de felicidad de Elliot en su cara, pero la tristeza en los ojos de este le daba otro mensaje.- Dos niñas.- Susurró emocionado viendo como Elliot se sorprendió abriendo su boca antes de sonreír.- Una vampira y una loba.- Dijo viendo la estupefacción del rubio.

- ¿Perdona? ¿Has dicho una loba?- Preguntó Elliot desorientado mirando a Darcan, este sonrió feliz, su mirada bajó al bulto y se dio cuenta de que el biberón tenía leche en vez de sangre.- Una loba.- Murmuró sorprendido y feliz antes de reírse con suavidad.

- Sí, dos preciosas niñas nuestras.- Dijo Hunter mirando a Darcan que asintió totalmente de acuerdo.- ¿Cómo las llamaremos?- Preguntó acercándose y cargando a la vampira para dársela a Elliot.

- La vampira Tessa.- Dijo mirándola con una sonrisa, esta era pálida y tenía algunos lunares como Hunter, pero tenía su pelo rubio, casi del mismo tono que Javaid lo tenía. Elliot sintió un pinchazo en su pecho acercándose y dándole un beso a la niña.- La loba Darian.- Dijo mirando a Darcan, este lo miró sorprendido dejando el biberón y acercándose para que pudiera verla.

- ¿Darian?- Preguntó Darcan dejando a la niña en el otro brazo de Elliot.

- Sí, merece un nombre de Alpha como su padre.- Darcan sonrió mirándolo enternecido, Elliot miró a la niña con una sonrisa. Esta también era pálida, pero en vez de los lunares tenía algunas pequitas en su nariz y mofletes y era pelirroja como el lobo.

- Pues Tessa y Darian.- Dijo Hunter feliz mirando al lobo que también se sentó en la cama.

Elliot los miró emocionado antes de que Hunter se acercara y lo besara sin soltar la nuca de este. En cuanto se separó, Darcan se acercó y lo besó también, compartiendo la felicidad que todos tenían por el nacimiento de las niñas. El rubio suspiró emocionado, clavando los ojos en la vampira.

- Se parece a Javaid.- Susurró Hunter, no quería romper la felicidad de todos ellos, pero era algo a lo que tenían que enfrentarse.

- Pero no es Javaid, es Tessa.- Dijo Elliot con dureza, él también lo había pensado y le había dolido, pero no le haría la vida una mierda a su hijo porque se pareciera a su hermano fallecido. Sus parejas asintieron dejando a Elliot más tranquilo.- Decirle al druida que busque la forma de deshacer el trabajo de Narkissa, con ellas se acabaron los hijos.- Dijo Elliot sin mirarles, Hunter asintió levantándose y saliendo de la habitación dándole un apretón de apoyo al lobo.

- ¿Estás bien?- Elliot lo miró antes de asentir y sonreír, permitiendo que el lobo dejará a las niñas dormir en las cunas.- ¿Seguro?- Elliot resopló levantándose y acercándose al lobo, abrazó el cuello esté obligando a bajar a su altura.

- Estoy bien Darcan, no te preocupes.- Dijo antes de dejar un beso en los labios de este.- ¿Dónde está Pherseus?- Pregunto con el ceño fruncido, Darcan suspiró sonriendo y ocultando su cara en el cuello de Elliot abrazándolo con fuerza.

- Con Sacsha, esta noche nos lo traerá, queríamos que descansaras.- Elliot sonrió agradecido acariciando la espalda del lobo.

Era cierto que todo aquello que había pasado había sido una completa mierda, pero gracias a toda esa mierda había acabado dónde estaba en ese momento. Si le preguntaran si cambiara algo, pudiendo vivir si su enfermedad, o pudiendo haberse convertido en otra especie sobrenatural... Elliot no cambiaría nada, todas esas desgracias lo habían llevado a ser padre de tres preciosos hijos, y pareja de dos maravillosos hombres. El mordisco que lo devolvió a la vida, era de lo que más agradecido estaba. Sin él, todo eso no hubiera sido posible.

Bring BackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora