Capitulo 47

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Y ahí me encontraba yo. Sintiéndome completamente estúpida por lo que estaba a punto de hacer. Adrien me había dicho que no iba a aceptar ni un centavo proveniente de su padre. Que trabajaría para conseguir el dinero de la operación; pero yo sabía mejor que nadie que no podía ser así.

Conseguir un empleo siendo invidente era muy difícil. Por esa razón, mis padres habían optado por tener un negocio propio. Las oportunidades laborales eran muy pocas cuando tenías una limitación tan grande como para ser invidente. Sabía que Adrien probablemente se enfadaría un infierno conmigo.

-¡Al fin conozco a la famosa novia de Adribu!-La voz ronca y fuerte me hizo dar un salto en la silla en la que me encontraba.

''¡Mierda!'' pensé.

Ya no había marcha atrás. Estaba ahí, y él estaba ahí también, esperando a que yo hablara con él y Adrien iba a enojarse mucho. Me puse de pie rápidamente mientras extendía mi mano con torpeza ante el hombre que tenía frente a mí. Era alto y delgado; sin embargo, el color de piel era idéntico al de Adrien y compartián parte de su fisionomía. No logré descifrar que era, pero tenían un parecido extraño.

-S-Soy Chloe Bourgeois, mucho gusto, señor Agreste-Tartamudeé con nerviosismo.

-Por favor, llámame Gabriel. ¡Pasa! ¡Siéntate, por favor!-Dijo.

Estabámos en uno de sus restaurantes. Emma tampoco estaba de acuerdo con lo que tenía en mente, pero me había llevado hasta ahí sin protesta. Aún no era hora de apertura y los empleados corrían de un lugar a otro limpiando.

Caminamos entre las mesas hasta sentarnos en una del fondo.

-¿Qué te trae por aquí?-Dijo en tono amable.

Mi corazón acelerado latió con más intensidad dentro de mi pecho.

''¡No lo hagas!'' Dijo una voz dentro de mi cabeza, a la cual, ignoré terriblemente.

-Adrien accedió a realizarse la operación-Solté con un hilo de voz.

Gabriel alzó las cejas con sorpresa diciendo.

-Yo quiero pagarla.

Tragué saliva ruidosamente mientras me ponía el cabello tras las orejas.

-Adrien no quiere eso. Es por eso que estoy aquí. Él quiere trabajar para ahorrar y pagar su operación. Creo que es admirable que quiera trabajar y pagar su operación, pero conozco las limitaciones en el plano laboral para una persona con discapacidad visual. Mis papás son invidentes y optaron por un negocio propio, debido a que no había trabajo para ellos en ningún lado-Dije sintiendo un nudo en la garganta.

-¿Entonces, qué propones?-Dijo Gabriel alzando las cejas esperando mis opciones.

Él sabía que yo tenía algo en mente. Miré hacia todos lados, como si alguien fuera a llegar a impedirlo en algún momento y tomé una inspiración.

-¿Quizás si dijéramos que el seguro accedió a cubrir un ochenta por ciento?-Sugerí-, yo me encargaría de conseguir la otra parte.

-¿Cómo sería eso?-Dijo él con interés.

-Emma y yo venderemos...-¿Cómo decirle a un hombre que venderíamos productos del cuidado femenino, maquillaje y accesorios sin ponerme como un tmate?-, productos para mujeres en mi universidad. Además conseguí trabajo en un restaurante de mesera, confió en poder reunir mil euros en un mes-Dije sintiendo la vergüenza filtrarse en mi cuerpo.

Gabriel alzó las cejas con asombro mientras decía.

-Estás enamorada.

Bajé la mirada hacia mis dedos entrelazados en mi regazo sintiendo el calor en mis mejillas. Cuando alcé la vista. Gabriel tenía una sonrisa tierna dibujada en los labios y los ojos empañados por las lágrimas.

-Adrien es muy afortunado de tenerte. No cualquiera hace algo así por nadie-Dijo.

Sentí las lágrimas picar en mis ojos pero me obligué a tragar el nudo de mi garganta.

-Haría cualquier cosa por él-Dije en voz baja.

-Adrien jamás había tenido una relación que durara más de un mes. Debe estar enamorado para estar contigo durante tanto tiempo-Observó.

Alcé mi rostro, asombrada. ¿Cómo sabía eso?

-¿C-Cómo sabe que Adrien y yo llevamos un tiempo juntos?-Pregunté.

-Emilie me lo contó. Ella dice que está muy enamorado, y no mereces nada menos que eso. Es afortunado-Sonrió.

-Yo soy afortunada de tenerlo-Corregí.

Sonrió radiante y se levantó de la mesa.

-Cuando tengas el dinero...-Puso una tarjeta sobre la mesa-, llámame y yo me encargo del resto.

Sin decir una palabra, me levanté de la mesa y sacudí su mano torpeza.

Cuando salí del restaurante me sentía eufórica. Quería gritar de felicidad. Quería salir corriendo y contárselo a alguien y lo único que pude hacer fue llamar a Sabrina.

-¿Diga?-La voz masculina me sobresaltó.

-¿Michael?-Dije, confundida.

-¡Chloe! ¿Buscas a Sabrina, cierto?-Dijo la voz de Michael del otro lado del teléfono.

-¡Sí! ¿Me la puedes pasar?-Pregunté, sin poder borrar la estúpida sonrisa de mi rostro.

-Quisiera, pero no puedo-Dijo-Olvidó el celular en mi auto.

Una mueca de decepción se deslizó por mi rostro mientras suspiraba.

-¿Era importante, cierto?-Dijo Michael.

-Un poco-Admití.

-Iré a casa de Adrien en una hora, pero necesito hablar contigo antes ¿Crees que sea posible ahora mismo?-Preguntó.

Fruncí el ceño. ¿Michael quería hablar conmigo? ¿Qué demonios podía ser tan importante para que Michael quisiera hablar conmigo?

-Claro-Dije.

-Bien, ¿dónde te veo?

-Estoy por la zona del centro. ¿Te queda cerca?-Pregunté.

-Te veo en el starbucks de Washington y la doce, en quince minutos, ¿está bien?-Dijo.

Tendría que caminar cerca de siete calles, pero no importaba.

-Está bien.

-Te veo, entonces.

Caminé a paso veloz y cuando visualicé el loca aceleré el paso. En menos de dos minutos iba a encontrarme con Michael y no tenía idea de qué pensar. Cuando llegué, Michael estana dentro. Me sentía cansada, y el sudor hacía que mi cabello se pegara a mi nuca pero entré con una sonrisa del tamaño de mi cara. Estaba feliz por lo que había conseguido.

-¡Hola!-Saludé a Michael mientras me sentaba frente a él.

Una sonrisa tensa apareció en su rostro.

-Hola-Dijo.

-¿Qué pasa?-Pregunté mientras jugueteaba con el servilletero de la mesa.

-Voy a ser directo. Estoy preocupado por la operación de Adrien-Dijo apretando los puños.

Comprendía su sentimiento de preocupación porque era igual al mío, pero Adrien había tomado esa decisión.

-Yo estoy aterrada-Admití-Pero lo apoyo.

-¿Y si sale mal? ¿Y si se ilusiona de más y no funciona la operación?-Preguntó. La preocupación filtrándoese en sus ojos.

Una media sonrisa preocupada salió de mi mientras decía.

-Si no funciona, ahí estaremos nosotros para ayudarlo a levantarse.

Michael asintió levemente con la cabeza.

-Él quiere hacer esto por ti. Lo hace porque tú eres su motivación-Dijo en voz baja-No quería que lo supieras aún, pero aplicó para la universidad. Su examen sería después de operarse, funcione o no la operación... Y retomó la banda.

Abrí los ojos como platos y me sentí orgullosa de él. Orgullosa de aquel hombre terco, fuerte, decidido y encantador del que me había enamorado antes de siquiera darme cuenta...

Aunque no puedo verte (Adrichloe)Where stories live. Discover now