Capitulo 50

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La ducha me vino de maravilla. Sobre todo después de haber llorado tanto. Me sentía ligera, entumecida, y tranquila. Por primera vez en una semana, me sentía tranquila. Me sentía mejor.

Me preparé para salir con Sabrina y Michael y esta vez, opté por un estido rosa pálido y unas zapatillas negras. Me puse un poco de corrector para las ojeras, polvo, máscara para pestañas y labial rosa pálido. Me sentí un poco más atrevida y me apliqué un poco de rubor.

Lancé todo mi cabello hacia a un lado y lo sostuve en su lugar con pasadores. Estuve lista diez minutos antes de que Sabrina llegara a mi casa.

-¿Estás bien?-Preguntó mi mamá mientras me ponía la chaqueta sobre los hombros.

Mi mirada se detuvo un segundo en ella y suspiré.

-Si. Estoy bien.

-¿Cómo estás llevando lo de Adrien?-Preguntó con tacto.

-Comienzo a llevarlo bien, supongo-Dije encogiéndome de hombros.

-Tú tía Andrea ha llamado. Nos invita a pasar el verano en su granja de Manchester. Deberías pensarlo..., la distancia es el mejor aliado en estos casos-Sugirió.

La idea de pronto no me pareció descabellada. Dos meses en Manchester, lejos de todo lo que me recordaba a Adrien sonaba bien. Sabía que no podía huir de esto, pero la distancia y el tiempo me harían bien. Volvería lista y fuerte para seguir adelante.

-Supongo que estaría bien-Dije.

El timbre nos hizo saltar a ambas y me despedí de mi madre con un beso antes de salir a encontrar con una Sabrina guapísima, enfundada en un vestido violeta intenso.

-¿Lista?-Preguntó mientras me abría la puerta del jeep de Michael.

-Siempre-Dije subiendo.

Pensé que el camino sería incómodo con Michael siendo amigo de Adrien, pero fue todo lo contrario, Michael se la pasó bromeando conmigo y Sabrina. Entramos a una discoteca de música electrónica y la música invadió todo en un segundo. Sentía el bajeo y la batería de la música repicar dentro de mi pecho y las luces de colores podrían llegar a marearme si las miraba por mucho tiempo.

No era el tipo de chica que solía ir a ese tipo de lugares, pero sin duda, el ruido y la gente eran algo que necesitaba. Sin perder tiempo, Sabrina y yo nos lanzamos a la pista de baile. Sabíamos que Michael no era fanático del baile así que él se quedó en la barra mirándonos jugar. Sabrina le coqueteaba a distancia y al cabo de cuarenta minutos bailando me sentía eufórica. El cabello se pegaba a mi nuca con el sudor pero no me importaba. Realmente me estaba divirtiendo, y quizás, cuando la noche terminara, recordaría a Adrien y lloraría, pero por ese momento, decidí dejarme llevar.

Un par de manos se instalaron en mi cadera y me tambaleé hacia a un lado en un intento desesperado por alejarme de quien me tocara.

-¡Hola!-Dijo una voz en mi oído.

Me giré, dispuesta a golpear a quien quiera que fuera invadiendo mi espacio vital y me quede helada. Un chico de cabello peliazul y ojos azul intenso me miraba con una sonrisa dibujada en el rostro. Yo lo conocía..., ¿De dónde demonios lo conocía?

El reconocimiento me golpeó como un látigo. ¡Era el chico con el que Adrien casi se había agarrado a golpes en una discoteca porque bailé con él!

-¡HOLA...!-Me quedé patinando intentando recordar su nombre. Lo tenía en la punta de la lengua.

-Luka-Me dijo con una sonrisa en la cara.

-¡Luka!-Chillé mientras me ruborizaba. ¡Maldita memoria!

-¿Cómo estás?-Preguntó. Sus manos seguían instaladas en mis caderas.

La ridícula sensación de remordimiento me invadió. Luka me estaba tocando y yo estaba pensando en lo que Adrien pensaría si se llegara a enterar.

-Bien-Apartándome de su agarre.

Él pareció captar el mensaje, porque no insistió más.

-¿Y tu chico?-Preguntó mirando hacia la barra, donde Michael se encontraba.

Yo sonreí lo mejor que pude y me quedé callada.

-¡Oh, Dios! ¡Lo lamento! ¿Tema delicado, cierto? ¡Lo siento!-Se disculpó.

-No te preocupes, Luka. Me gustó verte-Dije y le guiñé un ojo.

-¿Bailamos?-Preguntó mientras yo comenzaba a caminar.

Una sonrisa surcó mi rostro y dije.

-Claro.

Comenzamos a bailar al ritmo de una canción alocada. Luka respetó mi espacio todo el tiempo, sin intentar tocarme o hacer algo inapropiado, y lo agradecí. Cuando me di cuenta, Luka ya se encontraba sentado junto a nosotros en la barra del bar, bebiendo y bromeando con MIchael y Sabrina.

Era un chico realmente agradable. Comenzó una canción que a Sabrina le encantaba y me tomó del brazo, arrastrándome hacia la pista de baile.

Estábamos brincando al ritmo de la música, cuando sentí una mano delgada en mi hombro. Cuando me volví, me topé con una chica rubia de ojos hermosos y claros, y sonrisa perfecta..., Taylor.

-Veo que no pierdes el tiempo-Dijo mirando con desdén hacia la barra.

Miré hacia Luka y él me sonrió. Le devolví la sonrisa y miré a Taylor poniendo las manos en mis caderas.

-Vete a la mierda-Le dije y me di la vuelta para seguir bailando con Sabrina.

-A ver si sigues siendo así de valiente cuando le diga a Adrien que estás de zorra-Me amenazó.

Sentí mi mano calentarse. ¡Dios! ¡Quería abofetearla! Me giré sobre mis talones y me paré a una distancia increíblemente cerca para espetarle.

-Corre. ¡Dile! ¡A Adrien le importa una mierda lo que yo haga! ¡Terminamos! ¡Se acabó! ¡Felicidades! ¡Ahora, hazme el favor de irte mucho a la mierda!

Sabrina me tomó del brazo y me jaló lejos de Taylor antes de que pudiera hacer algo de lo que pudiera arrepentirme. Sentía el coraje zumbando en mis venas y una parte de mi estaba aterrada ante la idea de que le dijera a Adrien lo que había visto. Aunque nada de lo que dijera, cambiaría el hecho de que se había terminado.

El dolor se instaló en mi pecho una vez más. Fuerte, firme, punzante...

Adrien y yo ya no estábamos juntos. Ya no estaríamos juntos, por más que yo lo quisiera...

Aunque no puedo verte (Adrichloe)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu