Aunque no puedo verte (Adrichloe)

Capitulo extra

He besado a un ángel.

-¡ADRIEN!-El grito de la voz dulce y cantarina de Chloe me alcanzó a lo lejos. Yo no podía seguir en ese maldito café cuando todos los recuerdos se arremolinaban dentro de mi mente. Michael era una ventana al pasado. A ese pasado del que tanto quería huir. Sus pisadas me alcanzaron de pronto y me detuve en seco. Un golpe en mi espalda me hizo saber que Chloe se había estrellado contra mí. La ira irradió dentro de mí y me giré para encararla.

-¡Quiero estar solo, maldita sea!-Gruñí.

Creí que correría. Creí que huiría de mí. Y sus palabras me golpearon:

-Perdóname, por favor.

-¿Q-Qué?-Dije confundido.

-Perdóname por favor. De no ser por mí-Un pequeño silencio me hizo sentir ansioso antes de que continuara hablando-, nada de esto habría pasado.

Un impulso terriblemente grande se instaló en mi cuerpo. Alcé la mano al aire para alcanzar su rostro y acariciar su mejilla. El contacto de su piel en mi mano se sintió tan bien. Era como si mis manos hubieran sido hecha para ahuecar su rostro entre ellas.

-No tengo nada que perdonarte. No es tu culpa-Murmuré. La tristeza se filtró en mi pecho.

-¿Entonces, por qué me siento tan culpable?-Dijo. Lágrimas calientes cayeron en mi mano y el corazón se me apretó con fuerza en el pecho. Ella no tenía porqué estar llorando; no por mi culpa.

Me odié por hacerla llorar. Ella no tenía porqué llorar.

-¡Hey! ¡Hey! No llores, Chloe-Dije-No es tu culpa.- Sus pequeñas manos formaron puños sobre mi camisa, arrugándola.

Sollozos contenido hicieron que su cuerpo temblara y un sentimiento de impotencia se apoderó de mí. Tenía que hacer algo para aliviar su dolor.

Rodeé su cuerpo con mis brazos y sentí sus brazos rodearme.

El calor de su cuerpo contra el mío me hicieron temblar. Apreté mi agarre, y entonces, lo supe. Chloe significaba mucho para mí.

Mucho más de lo que quería admitir. Sentí todos y cada uno de sus pequeños músculos pegados a mi cuerpo. La bestia sobreprotectora dentro de mí, rugió sastifecha. Se sentía bien protegiéndola, cuidándola, consolándola. Me aparté solo un poco de ella, lo suficiente como para sentir su aliento golpeando mi rostro. No estaba listo para dejarla ir. Nuestras narices se rozaban.

-¿Mejor?-Pregunté, Chloe no respondió-¿Chloe?-Inquirí nuevamente. Cerré los ojos y, lo imaginé. A ella, entre mis brazos, cerca... ¡Maldita sea! ¡Quería besarla!

Desvié mi rostro intentando alejarme, pero lo único que conseguí fue arrastrar mis labios en besos cortos por todo su rostro. Detuve su cabeza por la nuca y deposité un largo beso en su mandíbula.

Mi corazón latió desbocado y enredó sus manos en mi cintura. Me aparté. Esto estaba mal por muchas razones. ¡No podia obligarla a quedarse al lado de un maldito ciego toda la vida! ¡Ella merecía más!

-P-Por f-favor-Tartamudeó en tono de suplica. Mi frente se unió a la suya mientras luchaba contra mi deseo de fundir mis labios en aquellos que había dibujado en mi mente tantas veces. Mis manos se posaron en sus mejillas y cerré los ojos con fuerza.

-Tengo miedo de besarte y que desaparezcas-Murmuré en voz baja. Sus manos se enredaron en mi nuca y tiró de mi hacia ella.

Me rendí. Mis labios buscaron los suyos tímidamente y el calor y la humedad me hizo perder la cabeza en un segundo.

Mi lengua buscó la suya lentamente, y correspondió mi caricia. Nuestro beso fue tomando forma, yo exploraba y ella me imitaba. Noté la falta de experiencia en su beso y eso ¡Joder! me encantó. Saber que era inocente y que me elegía a mí para que la explorara de aquella forma me hizo sentir eufórico.

Mis manos se deslizaron hasta su cintura y pegué su cuerpo al mío. Su beso se volvió urgente y un gruñido salió de mi garganta mientras la besaba con más intensidad. Sus manos viajaron hasta mi cabeza y sus dedos se enredaron en mi cabello, tirando un poco de él. Estaba embriagado y extasiado. Me sentía parte de Chloe, y nada podía ser más perfecto.