𝐌𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 𝐍𝐀𝐓𝐔𝐑𝐄 ☑𝐂𝐑𝐄𝐏Ú𝐒𝐂𝐔𝐋𝐎 𝐅𝐀𝐍𝐅𝐈𝐂

𝐓𝐖𝐄𝐋𝐕𝐄

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Viaje
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Durante dos días seguidos las cosas estuvieron realmente tensas en la casa Cullen, iniciando por el hecho de que esperaban que Isabella despertara del trance que hacía el veneno de un vampiro, normalmente debía de estar en movimiento, pero ella no lo estaba, lo cual comenzaba a preocupar a los presentes, sobre todo a su esposo.

También comenzaba a preocupar el crecimiento inesperado de Renesmee, la nueva integrante del clan, quien apenas tenía dos días de nacida, pero creció a una bebé de 6 meses.
Los primeros en irse fueron Yeonjun y Atlas, quienes decidieron irse con los Denali para que el asiático pudiera estar en tranquilidad junto a la familia de su novio.
Aquella separación le dolió con el alma a Morgan, pero ella sabía que era más que normal aquello, pues ahora su mejor amigo debía de tomar camino con la persona que amaba.

En ese momento, el hada se encontraba solamente con Alice, ya que los demás preparaban todo para el despertar de Isabella, la nueva neófito.

—¿A dónde irás ésta vez?.— preguntó Alice para alivianar la tensión entre ambas.

Morgan sonrió mientras terminaba de alistar su maleta.—Iré a Tailandia, investigué un poco, resulta que hay una buena zona residencial en el bosque, mucha flora y fauna, es un excelente lugar para habitar, hace calor y sobre todo hay un hermoso lago de aguas cristalinas en el.

—Suena increíble.

—Lo es, definitivamente lo es.

Alice mordió su labio con nerviosismo y preguntó.—: ¿Jasper irá contigo?.

La rubia temía esa pregunta, cerró su maleta y la miró asintiendo despacio. —Quiere conocer como es todo por allá, y dice que no quiere dejarme sola.

—Encontró a su pareja, es normal que quiera ir contigo.— y aunque le doliera decir eso debía de admitirlo.

—¿Sabes?, mi intención nunca fue meterme en lo que ustedes dos tenían.

—No importa eso.— le restó importancia y sonrió.— lo de ustedes sucederá, lo eh visto. Aunque claro, todo depende de tu decisión.

—Tomar una decisión ahora es difícil.

—Todo lleva su tiempo, date la oportunidad de conocerlo. Jasper es un hombre realmente atento y servicial, nunca te faltará nada con el, eh visto como te mira, solamente debes de aceptarlo.

Después de aquella conversación las voces las interrumpieron, Isabella Swan había despertado, lo que significaba que Jasper y Morgan debían de partir en ese momento. El hada tomó su última maleta, la encogió y la guardó en su bolsillo izquierdo, salió de la habitación rumbo a la sala, donde Jasper ya la estaba esperando.

El rubio al verla sonrió en grande, se acercó para tomar su mano con delicadeza y la ayudó a bajar los escalones restantes.— hoy te ves realmente divina.

—Yo siempre me veo realmente divina.- rió mirándolo.

Emmett y Rosalie los miraron un poco decaídos, sobre todo al hada, a quien no querian dejar ir.— Promete que volverás.— La rubia menor se encogió de hombros levemente.

—No es algo que pueda prometer, Rose.

Emmett se acercó y la abrazó.— No tuvimos mucho tiempo para convivir como lo hacíamos antes hadita, espero que nos pases la dirección de tu casa por e-mail.

—Lo haré.

Para su mala suerte, Esme y Carlisle no se encontraban en aquel momento en la casa, por lo que tuvieron que partir sin despedirse de ellos. Para Morgan, dejar el lugar donde toda su familia se encontraba le dolía demasiado, puesto que sería una separación larga como las demás, tal vez no volvería a verlos en otros 40 o 50 años.

Despertó de su trance cuando el rubio acarició su hombro, ella rápidamente lo miró con una pequeña sonrisa.— Noto tu inquietud.

—No es nada.— restó importancia.— ¿Estás listo?.

El asintió, cuando se adentraron más hacia el bosque y encontraron el árbol indicado, el hada de dispuso a dejar que su aura verdosa envolviera el árbol, Jasoer solamente permanecía en silencio mientras la observaba desde su lugar.— Árbol magnífico, permiteme usarte como mi medio de transporte el día de hoy.

En cuanto aquellas palabras salieron de su boca el árbol se abrió por la mitad, dejando ver el otro extremo del bosque, como era de esperar, la confusión del rubio era evidente, lo que provocó la risa de la rubia.

—Dame tu mano.— el confió en ella, así que le dio su mano.

Lo siguiente que el hombre sintió fue un revoltijo en su estómago, y para cuando ambos cruzaron el árbol pudo observar que se encontraban en otro lugar.

—Bienvenido a Tailandia, Jasper.

Y el rubio observó aquel lugar emocionado, jamás había pisado aquellas tierras asiáticas, y la primera impresión que tuvo fue maravillosa.

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