𝐍𝐈𝐍𝐄𝐓𝐄𝐄𝐍

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Punto de vista de Embry Call.
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Diciembre estaba a la vuelta de la esquina, y eso solo significaba una cosa: la nieve comenzaba a endurecer.

Embry estaba haciendo guardia, como de costumbre, pues sus días se trataban de solamente eso, hacer guardias y quedarse hasta tarde en casa de Sam y Emily.

Habían pasado exactamente tres meses desde que pasó aquella disputa que lo hizo alejarse de su impronta, en ese entonces, el estaba cegado, cegado de miedo. El temía, por que Sam les implantó en su cabeza el que aquella bebé de ahora nombre Renesmee, mataría a toda su familia cuando estuviera fuera del vientre de Isabella.

El solo vio el temor de el, el se preocupó por su familia que se sintió traicionado cuando vio a Morgan estar del lado de los suyos, pero claro, era su familia y no podia interponerse ante su pensamiento.

Recordaba la última vez que la vio, aquel sentimiento de rechazo lo había inundado por completo, su linda sonrisa, aquellos cabellos rubios cayendo por sus hombros, y aquellos hermosos orbes verdes que le gustaban, pero no lo observaban a el, si no, a aquel vampiro rubio.

A pesar de no tener nada entre ambos más que una linda amistad de pormedio, a Embry le había dolido demasiado el ver como Morgan le sonreía a aquel vampiro, el deseaba desde que la conoció que le mirara de esa manera, pero claro, ella no lo buscaba, por que el único sentimiento que tenía era de amistad, no más.

Estaba perdido en sus pensamientos, cuando algo que dijo Seth lo hizo regresar.— ¿Qué dijiste?.

Seth lo miró confundido.— Estaba diciéndoles que Morgan me elevó en el aire y.— se calló al instante, dándose cuenta de lo que estaba diciendo.

Sam lo miró, esperando ver alguna reacción de el.— Embry.

El moreno observó sus manos, estas temblaban levemente.— ¿Ella está en Forks?.

Jacob asintió.— Regresó hace tres semanas.

—Embry, no hagas nada apresurado.

—Después de todo, tu fuiste quien atacó a su propia impronta.— Jared recibió un golpe de parte del beta, quejándose por eso.

—Era obvio que regresaría, se trata de su familia después de todo.

Embry los escuchaba, pero el impulso en el de ir a verla fue más grande, así que sin importarle los llamados de los demás lobos salió de la casa, transformándose al instante y corriendo hacia el límite del tratado.

No pensaba claramente, solamente quería arreglar las cosas con su amiga, sabía que ella no lo perdonaría, pero haría el intento.

Una vez que llegó a la casa se transformó nuevamente en un humano, cambiándose y avanzando hacia el gran ventanal que daba al cuarto de ella, pero al estar ahí, pudo ver una escena que el realmente no deseaba ver.

Ahí se encontraban Morgan y Jasper, este último sosteniendo a un pequeño niño rubio que sonreía al ver a Morgan, los tres estaban felices, como si no estuvieran en un peligro, solo ellos tres en una burbuja inquebrantable.

Morgan sintió una mirada, por lo que al instante volteó a mirar, encontrándose con la de Embry, aquello le tomó por sorpresa, puesto que no lo esperaba. El moreno vio como le decía al rubio, quien lo miró y después a ella, asintiendo, la chica bajó de aquel lugar, acercándose lentamente a el.

—Embry.

—Morgan.— dijo en un susurro, no esperándose verla.

Suspiró, cruzándose de brazos.— ¿Qué te trae por aquí?.

—Yo, uh.— las palabras no salían de el, estaba atrapado entre el decir y el hacer.

Morgan lo observó, manteniendo una mirada serena en ella.— Creí que no volvería a verte.

—Por lo de la última vez.— recordó, haciendo que la rubia asintiera.— Morgan, yo, lo lamento.— ante su mirada confusa, prosiguió.— por todo, por tratarte mal aquella vez, por...atacarte, por no saber tener una impronta.

Suavizó su mirada, acercándose un poco al contrario, y ahí frente a el, le sonrió, manteniendo el nudo en su garganta, impidiéndolo salir.— Hace mucho que me prometí a mi misma perdonar tus acciones, yo misma sé que al igual que yo, estabas del lado de tu manada, de tu familia, lo único que querías era que estuvieran a salvo, teníamos un mismo propósito ambos.

—Defender a los que queremos.— la chica asintió, dándole la razón.— aún así he venido a disculparme contigo, no te traté como correspondía, me dejé llevar por mis instintos y te traté como a una enemiga, cuando realmente no lo eras.

—Todo queda en el pasado Embry.— sonrió poniendo su mano en su hombro, a lo que el asintió, mirando aquellos orbes verdosos que el añoraba.

—Espero puedas aceptar mi amistad, aunque no soy merecedor de ella.

La chica asintió riendo, dándole un golpecito en el hombro.— No te tires al drama, somos amigos después de todo.

—Amigos después de todo.

Miró hacia arriba, sonriendo.— Veo que encontraste a alguien que te valora.

—Lo hice, Jasper es un hombre maravilloso.

—Me alegro por ti.

—Gracias.— sonrió, observando tímidamente sus manos.— tu también mereces ser feliz, Embry.

Y con eso, el sintió como su corazón dolía, después de ello, una electricidad que jamás habia sentido, su corazón latía rápidamente, su cuerpo tembló leve, y ahí, pudo sentir que algo dentro de el se separaba, como si se estuviera desvinculando de algo, y cayó en cuenta al instante.

Morgan había deshecho el vínculo de imprimación que tenía hacia a ella.

Con lágrimas en sus ojos, el habló.— Gracias.

Ella, quien también estaba a punto de llorar, suspiró.— No tienes que agradecer, te estabas lastimando a ti mismo, y con ello a mi, como te dije, mereces ser feliz sin nada que te ate a mi, te estoy dando una segunda oportunidad de tener a alguien que te haga feliz, en donde tú puedas convertirte en su protector, se feliz, Embry.

—Se feliz igual, Morgan.

Y en aquella luz de luns tenue, ambos se dieron cuenta que nunca fueron hechos para estar juntos, se lastimaban, y era mejor dejar ir que seguir ahí.

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𝐌𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 𝐍𝐀𝐓𝐔𝐑𝐄 ☑𝐂𝐑𝐄𝐏Ú𝐒𝐂𝐔𝐋𝐎 𝐅𝐀𝐍𝐅𝐈𝐂Where stories live. Discover now