Capítulo 15.

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Capítulo 15. Secreto de amantes.




El silencio reinó el lugar.

Me estoy acostumbrando a que...prefiere el silencio.

De todas maneras, su mirada dice tantas cosas.

―No me estoy equivocando, ¿cierto, capitán Causer? ―Inquirí mientras ladeaba la cabeza―. Su verdadero apellido es Lane.

Y entonces, lo escuché soltar una risa burlona, como si mis palabras lo divirtieran mucho.

―Definitivamente la creí más inteligente, ya veo que me equivoqué.

―No puede negar la verdad, capitán. Todo lo que dije es cierto.

Negó con la cabeza lentamente y avanzó un par de pasos.

―Sí, conozco a los Lane. De hecho los conozco mejor que nadie ―Se encogió de hombros―. Fui su empleado cuando era joven. Ese periodista tenía razón en una cosa; soy un huérfano del Abbey, pero era una parte de mi pasado que decidí dejar atrás el día que comencé a trabajar para los Lane. No haga caso de las teorías conspirativas, señorita Feramore, no le sientan bien.

―Teorías conspirativas ―Repetí, cruzándome de brazos―. ¿Esa excusa va a usar?

―No es una excusa, es la verdad ―Se encogió de hombros―. Fui el único que sobrevivió simplemente porque una hora antes, terminé en urgencias por una intoxicación. Es la única razón por la que estamos hablando ahora.

―¿Y qué hay de la foto en la que usted aparece? O me va a decir que mi vista es un asco y no es usted.

―Si se refiere a la foto familiar, sí, sí soy yo ―Respondió con total seguridad―. No tengo que darle explicaciones pero aquí tiene solo para que deje de indagar en mi vida: uno de los mellizos era muy fiestero, la noche anterior a la fotografía, por cierto una muy importante por el rango del capitán Lane, se puso la borrachera de su vida. No podía ni levantarse de su cama al día siguiente, así que su padre me pidió que posara en la foto para suplir al mellizo.

Reí.

―¿Espera que me crea eso?

―Si lo quiere creer o no, ya no es mi problema.

―Es irreal que un padre de familia le pida a su empleado que supla a su hijo en una fotografía importante.

―Le sorprendería lo que la gente es capaz de hacer para conservar las apariencias.

Negué con la cabeza.

Buen punto.

―¿Y qué hay de lo que dice Willy? Él ha dicho que usted no se parece en nada al Dean Causer que estuvo con él en el orfanato.

―¿Sabe quién es Willy Lawrence?

―No.

―Bien, le explico; Willy Lawrence es un reportero de la CNN que hace dos años, por poco pierde su empleo después de una hacer acusaciones falsas en contra del gobernador de Ohio, lo acusaba de desvíar fondos del Estado y destinarlos a comprar una mansión en Florida, por supuesto que se probó que era falso y el señor Lawrence quedó como todos los reporteros con los que seguramente usted ya se ha topado. Usted es una figura pública, señorita Feramore, sabe que los reporteros son capaces de decir cualquier cosa con tal de ganar unos dólares ―Me apuntó con su dedo―. No crea en las palabras de un difamador.

Me relamí los labios y asentí lentamente.

―¿Qué gana él acusándolo a usted de ser un usurpador?

El juego de Lucifer. Onde as histórias ganham vida. Descobre agora