Capítulo 18.

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Capítulo 18.- Sirena.

Lucille Feramore.


Alcé ambas cejas en cuanto la mano de mi padre fue a parar a la mejilla de Fabiana, de inmediato tirándola al suelo por el golpe.

Apenas acaban de darla de alta después de que estuvo internada por sobredosis durante un par de días y lo primero que hace mi padre al llegar a la mansión, es golpearla.

Creo que disfrutaré del espectáculo.

―¡Alonzo, por favor, aún está débil! ¡Acaban de darla de alta!

―¡Cierra la puta boca, Gianna! ―Griñó mi padre, quitándose el cinturón con rapidez para dar el primer azote a la espalda de Fabiana. Esta chilló de inmediato―. ¡Puta adicta de mierda! ¡¿Qué mierda no te das cuenta de lo que nos hiciste?!

Otro golpe.

―¡Lo lamento, tío Alonzo! ¡Por favor perdóname! ―Sollozó alto―. ¡No fue mi intención! ¡No me golpees más, por favor!

―¡¿No era tu puta intención?! ¡Los noticieros no paran de hablar del espectáculo que protagonizaste y encima, tampoco dejan de hablar de mí por tu maldita culpa!

Otro azote.

―¡Fabrizio! ¡Ayuda a tu hermana! ―Suplicó la tía Gianna.

Yo me aguanté las ganas de reír la verdad.

Estoy disfrutando esto.

―Lo lamento, mamá, pero Fabiana ha cometido un error y merece un castigo. No puedo hacer nada ―Murmuró él, mirando en otra dirección para no enfocarse en cómo su hermana es golpeada por mi padre.

Nadie se atreve a enfrentarse a Alonzo Feramore.

Cada persona en esta casa, le tiene un temor y un respeto horrible.

Nadie se meterá a defender a Fabiana, ni siquiera su madre es capaz porque sabe que le irá peor.

―¡Esto es responsabilidad de Lucille, ella debió ordenar que sacaran a la prensa y no lo hizo por estar ocupada con ese tal Xander! ―Mi tía intentó controlar la situación.

Vieja estúpida, ahora quiere meterme en este embrollo.

―¡Tío, eso es cierto! ―Fabiana volvió a sollozar―, ¡no fue mi culpa, fue de Lucille que no se encargó de la prensa! ¡Es ella la que merece ser castigada!

Ya han hecho esto antes y les ha funcionado.

Me culpan a mí, así que él se termina desquitando conmigo a pesar de que yo no me equivoqué y ellas sí.

La primera vez tenía ocho años y Fabiana me acusó de tirar agua sobre unos documentos muy importantes. Me acusó porque la cobarde le tuvo miedo a las consecuencias.

Mi padre le creyó y esa fue la primera vez que me quemó con un puro después de golpearme como justo ahora golpea a Fabiana.

―¿Ahora van a culparme a mí? No he sido yo la que se ha drogado y esa noche la prensa no era mi responsabilidad, mi padre personalmente me ordenó enfocar toda mi atención en Xander porque sí, por supuesto iba a estar ocupada con él cuando estoy tratando de tener a los Loughty de nuestro lado para que apoyen la campaña política de mi padre.

Él me señaló.

―Por primera vez, estoy de acuerdo con Lucille. Ella no iba a dejar de desatender a Xander solo para ser la niñera de una puta adicta que ahora nos hace ser el hazmerreír de todo el puto país ―Masculló con los dientes apretados―. ¿Qué tal si el presidente ya ha visto las noticias? ¿Qué tal si Xander le contó a su padre lo que pasó y ahora el chico no tiene intenciones de ver más a Lucille después de todo el avance que tuvo con él? ¡Joder! ―Se quejó con rabia―. Lucille, ¿Xander Loughty te ha llamado después de la fiesta?

El juego de Lucifer. Where stories live. Discover now