𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 28

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Su ira la llevóa un lugar donde sólo sabía tres cosas: que Sasuke había sido

arrebatado de ella, que ella era un arma forjada para aniquilar vidas y que si

Sasuke resultaba herido, nadie saldría caminando de ese almacén. 

Caminó a través de la ciudad de forma rápida y eficiente, el sigilo de un depredador mantenía sus pisadas silenciosas a medida que avanzaba por las calles empedradas. Le habían dicho que llegara sola, y ella había obedecido. Sin embargo, no habían dicho nada acerca de llegar desarmada. Así que había llevado todas las armas que podían caber en ella, incluyendo la espada de Sasuke, que estaba atada a su espalda con una segunda espada encima de ella, las dos empuñaduras de fácil acceso sobre sus hombros.

Ahí abajo, ella era un arsenal viviente.

Cuando se acercaba a los barrios pobres, se ocultó bajo una capa oscura con capucha pesada y comenzó a escalar la pared de un edificio destartalado hasta llegar a la azotea.

Ellos no habían dicho nada sobre el uso de la puerta de la bodega, tampoco.

Caminó por los tejados, sus botas flexibles encontraban facilidad al sujetarse a las tejas de color esmeralda algo desmoronadas, escuchando, observando, sintiendo la noche a su alrededor. Los sonidos habituales de los barrios bajos la saludaron mientras se acercaba al enorme almacén de dos pisos: huérfanos medios salvajes gritándose unas a otros, las salpicaduras de borrachos orinando contra los edificios, prostitutas llamando a sus futuros clientes...

𝒞𝑜𝓇𝑜𝓃𝒶 𝒹𝑒 𝑀𝑒𝒹𝒾𝒶𝑜𝒸𝒽𝑒 - 𝐒𝐚𝐤𝐮𝐫𝐚 𝐇𝐚𝐫𝐮𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora