𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 32

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Sakura despertó en su propia cama, y supo que no habría más sedantes en su agua.

No habría más conversaciones de desayuno con Temari, ni habría más lecciones sobre las marcas del Wyrd. No habría más amigos como ella.

Sabía sin mirar que alguien había limpiado su suciedad.

Intermitente contra el brillo de la luz del sol en su habitación, con la cabeza activa después de tres días en la oscuridad de la mazmorra, encontró a Ligera durmiendo presionada contra ella.

El perro levantó la cabeza para lamer el brazo de Sakura un par de veces antes de irse a dormir de nuevo, su nariz situada entre el codo y el torso de Sakura.

Se preguntó si Ligera podía sentir la pérdida, también. A menudo se había preguntado si Ligera amaba a la princesa más que ella.

No eres nada más que una cobarde.

No podía culpar a Ligera. Lejos de esta podrida, enconada corte y reino, el resto del mundo hubiera amado a Temari.

Era difícil no hacerlo. Sakura había adorado a Temari desde el momento en que había puesto los ojos en ella, como si fueran almas gemelas que por fin se habían encontrado.

Un amigo del alma. Y ella se había ido.


Sakura puso una mano sobre su pecho. Qué absurdo, cuan completamente absurdo e inútil, que su corazón siguiera latiendo y el de Temari no.

El ojo de Tsunade estaba caliente, como si tratara de darle algún consuelo. Sakura dejó caer su mano de vuelta en el colchón.

Ni siquiera trató de levantarse de la cama ese día, después de que Chiyo le convenció para que comiera y se le escapó que ella se había perdido el funeral de Temari.

Había estado demasiado ocupada tomando fuertes sedantes abajo y escondiendo su dolor en las mazmorras para estar presente cuando pusieran a su amiga en la fría tierra, tan lejos de la tierra calentada por el sol de Eyllwe.

No eres nada más que una cobarde.

Así que Sakura no salió de la cama ese día. Y tampoco el siguiente. O el siguiente.

O el siguiente.

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𝒞𝑜𝓇𝑜𝓃𝒶 𝒹𝑒 𝑀𝑒𝒹𝒾𝒶𝑜𝒸𝒽𝑒 - 𝐒𝐚𝐤𝐮𝐫𝐚 𝐇𝐚𝐫𝐮𝐧𝐨Where stories live. Discover now