Capítulo 5: Primera cita

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Al ser empujado por sus amigos estaba nervioso pues no sabía que iba a decirle al pelinegro, no iba saludarlo como si lo conociera de toda la vida y se maldijo mentalmente al no estar preparado, pero pronto observó que el chico se acercaba.

— Buenas noches príncipe Brion. —saludo el pelinegro cortésmente, ante su saludo el rubio agradeció mentalmente al poder divino ya que no tuvo que hablar primero, de haber sido así seguro hubiera sido un desastre.

— Buenas noches Killian. —devolvió el saludo lo más tranquilo que pudo, ese chico realmente lo ponía nervioso.

Para el pelinegro el nerviosismo del rubio era evidente sin embargo fingía no notarlo— Ven… ¿qué tal si bebemos algo? —propuso mientras se colocaba detrás del rubio y lo empujaba hacia el lugar donde había estado con sus amigos.

— ¡Qué tonto! ¿cómo no lo invité siquiera a tomar asiento? —se regañaba mentalmente el joven de ojos verdes mientras tomaba asiento y levantaba la carta no solo para decidir que pedir sino también para ocultar el sonrojo que apareció en su rostro producto de la vergüenza— Umm… —pensó un poco antes de tomar su decisión y cuando lo hizo le extendió la carta al chico sentado frente a él— Pide lo que gustes, yo invito. —el pelinegro agradeció y tomo la carta entre sus pálidas manos, pensó un par de minutos y luego alzó su mano para llamar al mesero.

— Una copa de champagne por favor. —el mesero apuntó la orden y miro al chico rubio.

— Una copa de vino tinto. —al tener la orden el mesero se retiró.

Nuevamente estaban solos, el silencio reinó por un par de minutos hasta que nuevamente fue el pelinegro quien inicio la conversación.

— No tienes que estar tan nervioso… —el rubio al escucharlo asintió y se removió un poco en su asiento.

— Realmente no creí que llegaría tan lejos. —fue sincero y el chico de ojos grises sonrió levemente.

— Pues ya ves que realmente conseguiste llegar lejos e interesarme lo suficiente como para hacerme acudir aquí esta noche. —ante su comentario el rubio mostró una sonrisa triunfante.

— Es verdaderamente maravilloso contar con su compañía. —cuando las copas finalmente llegaron a la mesa el pelinegro alzó un poco la suya y la movió suavemente de forma circular mientras que el rubio tomaba su copa y bebía un poco del vino.

— Supongo que le agradeceré y diré que tiene buenos gustos joven Brion, este es mi lugar favorito. —punto a favor del rubio.

— También es mi lugar favorito. —el rubio bebió de su copa.

— Creo que puedo comprender muy bien el por qué. —pronto habían empezado a hablar de sus gustos, cosas que no les gustaban, dejaron sus vidas personales a un lado, el pelinegro no hablo de ello y el rubio tampoco lo hizo, ninguno se presionó solo seguían el ritmo de la agradable charla, una copa tras otra, otra y otra, hasta terminar pidiendo la botella y algunos postres, ninguno recordaba la última vez que habia estado tan a gusto.

— No tenía idea de que estos ambientes así le gustaran, creí que sería el tipo de persona que iría a lugares más refinados o algo como eso. —le comentó el pelinegro y en respuesta el rubio no pudo evitar reír.

Pasión & venganzaWhere stories live. Discover now