Capítulo 7: Propuesta irresistible

36 28 0
                                    

El joven pelinegro ya se encontraba en aquel bar, habia llegado 30 minutos antes y se ocupó de apartar el lugar para ambos, justo donde habían estado en su primera cita, de momento solo quedaba esperar a que Lyan llegara.

Se atrevió a decir una cosa como “caliente” vaya principito que es… —recordando la anterior conversación el pelinegro dejó escapar una risa, casi no podía creer lo indecente que sonó, lo avergonzó y seguro que si se lo hubiera dicho en persona él se hubiese congelado ahí mismo de la pura vergüenza.

Pronto en su mesa habían dejado una botella de Bourbon y dos copas, el mismo se sirvió y se dispuso a disfrutarlo acompañado de un cigarrillo, luego de encenderlo lo colocó en sus labios, aspiraba de forma suave y luego contenía el humo un breve instante para después expulsarlo suavemente, era un momento bastante relajante para él.

Poco después se deshacía de las cenizas sobre el cenicero y luego continuaba fumando hasta que finalmente vio llegar al rubio.

Este no dudo en tomar asiento a su lado al ser invitado con un elegante movimiento de mano por parte del pelinegro.

— No tenía idea que fumabas, ¿hace cuánto lo haces?

— Desde los 10 años… —no dudo en responder.

— ¿Tan pequeño?

— Supongo…

— ¿Nadie te dice nada por hacerlo?

— No, a mi familia no le importa, a excepción de mi padre todos los demás si fumamos, ¿tú fumas?

— Sí, pero a mis padres no les agrada que lo haga.

— ¿No quieres uno? —preguntó mientras le ofrecía la caja.

— Me encantaría, servirá para relajarme. —dijo mientras tomaba uno de la caja que el contrario le ofrecía.

Pronto el rubio colocó el cigarrillo en su boca y se acercó al pelinegro quien rápidamente entendió lo que haría, junto la punta de su cigarro con el del rubio hasta que este encendió.

— Gracias. —aspiró y luego de haber mantenido el humo en su boca un instante exhalo con suavidad— Sabes… incluso para fumar tú tienes clase, hasta en esto luces tan elegante. —halago para luego sonreír.

— Es la primera vez que me dicen algo así, pero tú no te quedas atrás, también te ves elegante hasta cuando fumas.

Habia pasado un rato desde que habían empezado a fumar, de vez en cuando bebían de sus copas y entre esto salían conversaciones al azar, como lo que habían hecho en los días que no se vieron, pero la boda de Lyan era el tema que más se mantenía.

— Entonces en resumidas cuentas ¿tú te casaste obligado y ahora no tienes ni idea de qué hacer con tu existencia? —preguntó el pelinegro mientras apagaba su cigarrillo en el cenicero.

— Así es, todavía antes de dar mis votos matrimoniales termine pensando en ti… —confesó estando sonrojado— Algo como: “Ethan ayúdame a hacer esto”

El pelinegro estaba sorprendido, pero aun así sonrió— No te desanimes para sacarte de esa vida al menos un tiempo me tienes a mí.

Pasión & venganzaWhere stories live. Discover now