Segundo recuerdo

68 8 0
                                    

—Podemos huir. Tu y yo.

Miré el cielo claro que tenía frente a nosotros. Mamá nos había dicho que compartiéramos un rato en el jardín mientras ella preparaba comida para traernos.

Haein estaba planeando algo totalmente absurdo sobre huir con su novia y me iba a llevar a mi para liberarme.

—Solo si estarías conmigo, ayudándome a sobrevivir sin mis padres. —dije girando mi rostro para mirarle.

Haein tenía un perfil lindo, y su sonrisa también lo era. Lástima que los dos no eramos compatibles para una relación amorosa.

—Puedo hacer eso. —me guiñó el ojo cuando me miró y regresó a mirar hacia arriba.

—No puedes, tonto.

Pasó su brazo por debajo de mi cabeza cuando mamá se aproximaba y me apegué a su cuerpo como si estuviésemos disfrutando del cielo que nos cubría juntos.

Bueno, al menos eso, si era real.

—Hey, chicos. Lamento interrumpir, su almuerzo y su postre.

Fingimos que nos había asustado, así que nos separamos abruptamente.

—Oh, dios. No se preocupen. Pueden seguir así de acaramelados.

—Gracias, señora.

—Para nada, disfruten de su día. Y... preparé una habitación para los dos. Necesito un nieto pronto.

Expulsé el jugo que estaba bebiendo y por desgracia -no tanto- le había caído a mamá en parte de su cuerpo, además de su gritó que demostró lo desagradable que había sido eso.

Haein me dió palmadas en mi espaldas cuando no paré de toser y mi mamá se fue de muy mal humor por mi acción que... ni yo sabía que iba hacer. Tampoco tenía la culpa. ¿Quien iba a saber que soltaría algo tan... delicado?

Si quiere nietos puede pediserlos a mi hermano. ¿Por qué me los pedia a mi? Mi cabeza hasta dolió ante la situación incómoda que había hecho mi madre.

Solo esperaba que papá no saliera con eso tampoco.

—¿Salimos un rato? Necesito aire... muy fresco.

—Estoy de acuerdo.

—Bien. Puedo dejarte con tu amiga, si quieres.

Eso no estaba mal.

Nos pusimos de pie, tomando rumbo a su coche. La comida apenas la tocamos, porque en verdad, sabía horrible. Y estaba segura que mamá la habia preparado para nosotros como especialidad, pero... mamá no tenis ese don por más que lo busque.

Charlabamos de muchas cosas. El qué haría con su novia, o que planes tenían para después de la universidad. Yo hablé un poco de mi futuro, algo que no sabía con exactitud, pero me sentí bien en creer que algún día lo haría.

Haein y yo, éramos buenos amigos.

—¿A qué hora vengo por ti? —preguntó desde el asiento del conductor mientras yo estaba de pie en la entrada del departamento de Rosé.

No estaba segura si se encontraba en casa, pero era mejor tener la esperanza de que estuviese a quedarme en casa a fingir con Haein.

—Cuando te desocupes con tu novia ¿si? —asintió con una sonrisa, y me despedí con un beso en la mejilla.

—Nos vemos, novia.

—Nos vemos, novio.

Haein tenía muchos atributos. Haein tenía muchas cosas buenas, pero a mí no me gustaba. A mí solo... lo que llegaba a mi cabeza era una pelirosa que me hacía reír cuando no tenia ganas de nada.

Tuve que suspirar. Quizás si fuese nacido hombre puede que le demostrara mi gusto por ella, ya que solo le gustaban los chicos o eso es lo que me ha demostrado.

Subí al ascensor con los ánimos subiendo. Probablemente Rosé me iba hacer otra broma para verme sonreír.

—Buenas tardes. —saludé a la vecina que vivía junto a ella, quien me miró con el ceño fruncido, más no le tomé importancia y seguí mi camino.

Miré mi reloj, y faltaba mas de una hora para irse a la universidad nocturna. No le había anticipado mi llegada, pero tenía la esperanza de que estuviese holgazaneando.

—¡No seas así-ahh!

Mi cuerpo quedó estático cuando los gemidos daban evidencias de lo que estaba ocurriendo, pero yo era la culpable por no tocar antes de entrar.

A pesar de que su habitación estaba separada de la entrada, podía escuchar claramente las obscenidades que decían o incluso los sonidos que hacían, aunque fuesen leves, podía suponer qué estaban practicando.

—¡Ahhh! Más rápido... Lili...

¿Las punzadas que sentía levemente en mi pecho era dolor? Talvez, y no se sentía muy bien.

Y fui tan masoquista que me dirigí a su habitación, que tenía la puerta entreabierta, y pude ver lo que estaban haciendo con claridad sin necesidad de imaginarlo.

La chica estaba de espaldas sentada en la cama... desnuda, obviamente, con una mano en la cintura de Rosé y la otra apretujando uno de sus pechos mientras que con su boca atendía el otro.

¿Me habia causado excitación? Solo un poco, pero la tristeza me dominaba más que todo y esa excitación la hice a un lado.

Y lo que me causó más... dolor en mi pecho, es que me estaba mirando. Roseanne me estaba mirando entre gemidos mientras sonreía descaradamente, mostrando lo bien que estaba montando a su novia.

Retrocedí lentamente, teniendo en cuenta que solo la vería como le daban placer, más no iba a ser yo que se lo diera porque jamás le diría que me gustaba.

No me detuve a pensar que haría, solo regresé a la planta principal y tome asiento en el lobby para esperar a Haein que en algún momento iba a venir por mí.

Y en el momento que tome asiento, reteniendo mi tristeza para no dejar salir lágrimas, solo se repetían su sonrisa y sus gemidos como tortura para mi mente.

—Solo eres una pervertida, Roseanne Park.

||||||


A Tu Disposición | Chaesoo (EDITANDO)Where stories live. Discover now